Blogia
volandovengo

Lectura en la biblioteca

Lectura en la biblioteca

Como sabéis, el sábado pasado, 24 de marzo, tuve una lectura en la Biblioteca de Andalucía con parte de mi obra breve. Conté para la ocasión con tres excelentes colaboradores que leyeron mis propuestas y una cantaora, con su guitarrista, que interpretaron una soleá que les había escrito.

Estos invitados fueron Jesús Herrera, actor y cómico, que vino de Almería expresamente para leer mis cuentos y alguna letrilla de flamenco; Miryam Martín, venida en iguales condiciones desde el norte de Extremadura, que quiso leer mis poemas y una docena de haiku; Alberta Gallego, asturiana, nacida en León, pero afincada en Granada desde hace años, adelantó parte de mi novela que, si sigo por buen camino, está próxima a su fin.

La cantaora Alexandra Ortiz, arropada por la guitarra sabia de Rafael Fajardo, hizo, como anticipo, una soleá larga, asomándose a Alcalá, Cádiz, Los Puertos y Triana.

A los cinco les estoy rosendamente agradecido.

Juan Carlos Friebe (de quien me hallo permanentemente en deuda), como gran coordinador de estos matinales Encuentros en la Biblioteca, organizados por la Cátedra García Lorca, en colaboración con la Biblioteca de Andalucía y la Biblioteca Provincial de Granada, hizo una presentación más que elogiosa, quizá desmedida, de mi persona. Después se fue desarrollando el acto que, posiblemente, se alargó más de lo deseado.

Yo simplemente me limité a presentar mi obra y darle pie a los lectores/actores para que la desarrollaran. En próximas entregas puede que vaya desgranando algo más del acto en sí. Ahora permitidme que os deje la Soleá para Alexandra que llegó a emocionarme:

Soñaba que me querías.
Me despierto y no es verdad.
Que a mí quien bien me quiere
tan sólo es la soleá.

Me cuesta la salud
cuanto yo más te quiero
menos me quieres tú.

Mejor que ahora te vayas
y me dejes con mi pena,
lo que no puedo aguantar
es una penita nueva.

No quiero recomponer
mi corazón destrozao’
soy dueña del sin querer
por los palos que me han dao’.

Cuando me diste esta pena,
tú me diste una alegría,
porque mi pena de siempre
con esta ya se me olvía’.

Llevan los celos,
llevan los celos
mi desconsuelo.

1 comentario

erizo y 1/4 -

Vaya, cuando he visto esta pequeña crónica he recordado que se pasó por completo ir, aunque me hubiera gustado asistir. Lo siento, pero últimamente (siempre, pero ahora más) ando muy despistado, por culpa del exceso de curro (en proyectos que ya veremos si salen). Parece que lo pasasteis bien. No dejes de avisarme si organizas otro sarao similar. Prometo no olvidarme otra vez.