Saeteros granadinos
Reconozco mi desconocimiento cofrade, rayano en la aversión. El contacto más directo con la Semana Santa en mi ciudad fue una vez que salí de costalero llevando a la borriquilla. De eso puede hacer más de treinta años; cuando pagaban por tal menester. Necesitábamos dinero para comprar tiendas de campaña de cara al verano.
Por lo demás, mi vocación sólo entronca con el cante particular de esos días y su componente flamenco. Pues la saeta era un cántico popular extendido por toda España que se dirige a las imágenes de los distintos pasos. A principios del siglo XX se aflamencó por nuestras tierras, cantándose por seguiriyas, por martinetes o por carceleras.
La saeta es copla de cuatro o cinco versos octosílabos, sin acompañamiento, aunque en las grabaciones discográficas suele presentarse con el fondo musical de la marcha religiosa, principalmente la producida por el tambor y las trompetas; a veces se ha grabado también con acompañamiento o fondo de guitarra.
Curro Andrés, el primer aficionado granadino, lleva mucho tiempo en estas lides. Semanasantero, saetero y flamenco, como pocos, organiza cada año una muestra de ‘exaltación de la saeta’ con sus alumnos en un templo de la ciudad. Este año se han lanzado a la grabación de un disco que se presentó en el teatro Alhambra el día de ayer, martes 12 de febrero.
La primera constancia, e indignación por parte del organizador, fue la poca asistencia, apenas un tercio de la sala. Hubo literalmente más actuantes que público entregado. Incomprensible en una ciudad llena de cofrades, de flamencos y de amigos.
Dos bandas, con sus marchas procesionales, se iban alternando con los cantaores. En la primera parte, dedicada a los Cristos, la Banda del Dulce Nombre de Santo Domingo puso la alternancia musical. Interpretaron el Oh, pecador, Meditación, El señor de la Cañilla, Consuelo gitano y La saeta. La segunda parte, cantándole a las vírgenes, estuvo ilustrada por la Banda Municipal de la Zubia, con su directora Maria Trinidad Montes Martín, que expusieron: la Macarena, Hosanna in Excelsis, Virgen de las Maravillas, Madrugada de la de la Macaren y otra versión de La saeta.
Los cantaores, con voces reconocidas y buen arrojo, fueron, antes del descanso, Fernando Reinoso, que le cantó al Cristo de los Favores; Anabel Collado, al Padre de la Amargura; Gilberto de la Luz, al Cristo de la Humildad; Marta ‘La Niña’, al Señor de la Inspiración; Jesús Zafra, al Señor del Rescate; y María Gómez, con la voz bastante tomada, al Cristo de la Misericordia.
La segunda parte fue protagonizada por Alicia Morales, cantándole a la Virgen de la Victoria; Tomás García, con carraspeo en la garganta, a la Virgen de la Amargura; Azahara María, a la Virgen de la Alhambra por carceleras; Cristián Delgado, a la Virgen de la Esperanza; Iván Centenillo, a la Virgen de la Aurora, también por carceleras; y una enorme Sonia Leyva, a la Virgen de la Soledad.
He aquí el buen y variado estado de nuestros saeteros. Un buen recorrido, un buen repertorio, con algunas ausencias por enfermedad o lejanía, como la de Ana Mochón, Jesús de María y Aroa Palomo.
* Curro Andrés, artífice del proyecto, en la foto.
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