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volandovengo

Tere Bustos

Tere Bustos

Murió hace dos años pero empezó a desaparecer nueve años antes, cuando el alzheimer iba mordiéndole sin compasión los sentidos y el pasado.

La recuerdo a diario. ¡Hay tantas cosas que me acercan a ella! El simple hecho de mirarme en el espejo es determinante. Los genes son los genes. Sobre todo mi boca. Pero lo más que me acerca a ella está en mi interior.

En los primeros tiempos, desde que se le olvidaron las gafas hasta que se le olvidó su nombre, o, hacia el final, cuando íbamos a verla a la residencia, que perdió el habla y los andares, pensaba que todo era un sueño, una suerte de broma macabra que estaba durando ya mucho tiempo y que de un momento a otro se levantaría y mi madre volvería a retomar todo lo que dejó pendiente.

No llegó sin embargo, y la ausencia en vida, como si un eterno sonambulismo se hubiera apoderado de ella, iba arrancándole lo poco que le quedaba.

Así fue muriendo. Empezó olvidándose de dónde vivía y terminó olvidándose de respirar. Fue una muerte tranquila, sin embargo, ausente de dolor, como si fuera un sueño placentero.

Todos los días la echo en falta.

10 comentarios

volandovengo -

Las madres lo saben, como dices María Angustias. Los hijos tardamos en saberlo, pero al final llegamos a comprenderlo.

maría angustias -

Lo que más te acerca a ella está en el interior porque ahí es donde ella habita. Las madres, quiero pensar, estamos dentro de nuestros hijos, da igual el tiempo que pase, los años que tengan, porque los hijos siempre estarán en nosotras, da lo mismo donde estemos. Un beso y un abrazo cálido amigo Jorge.

Inma -

Me ha emocionado Jorge. Yo tuve la suerte de conocerla y era una mujer excepcional siempre estará entre nosotros.

volandovengo -

Gracias, B. Sin embargo es un dolor tranquilo y abnegado. Pienso que por fin le llegó el descanso que merecía.

B -

Qué maravilloso homenaje, Jorge. Desconozco ese dolor y quisiera tardar muchísimo en conocerlo. Seguro que, de alguna forma, le llegan tus palabras. Un beso, amigo.

volandovengo -

Gracias, amigos. Nos queda la grandeza de los que se han ido. Nos queda su ejemplo y la esperanza de que, cuando nosotros faltemos igualmente, nos recuerden con el mismo cariño.

Elena -

Al leerlo me han dado ganas de abrazarte Jorge, igual que cada día abrazo a mi madre, sintiendo que cada vez está más perdida en ese laberinto que a tu modo describes.
Un beso mi querido amigo.

Juan Carlos -

Emocionante. Y bellísimo. Dulce hasta en el dolor. Mis respetos.

regina -

Que bonito. Desde luego que si estas en algún lugar,debes saber que somos muchos los que te llevamos en nuestra memoria. Tere, te quise desde el primer día que te conocí, y te seguiré queriendo siempre

juan -

La vin Jorge. Bonito, duro, dulce y desgarrador.