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Belén Maya se sabe la lección

Belén Maya se sabe la lección La parquedad de un pizarrón como único elemento decorativo en un escenario desnudo, preside el baile sin ambages de Belén Maya. En el encerado, el listado de temas a bailar y un esquema de figuras geométricas, marcados con tiza, que pueden sugerir desde los incipientes trazos de un niño hasta la geografía del cante. Sobre la pizarra, una bombilla pelada. Después, el silencio… Silencio roto por la bailaora de riguroso negro, tan sólo enturbiado por un pañuelo azul que dará color a un baile tan austero y delicado como la escena. Un magistral violín, como único instrumento, va marcando la chacona, que Belén aborda acercándose a la danza contemporánea y haciendo guiños a los planteamientos orientales que siempre la han acompañado. El foulard pasa a ser abanico que se abre y se cierra en pos de la danza, dejando una estela de índigo vuelo o regalándonos en la espalda de la bailaora un pavo real de cien ojos que miran al futuro. Maya finaliza la pieza, saliendo de su bata de cola que, como una crisálida, abandona su envoltura de formas cuadriculadas.

La obra entera es un ir y venir del flamenco, es una lección que se aprende y se aprehende para, con todo ese saber, volar hacia algo nuevo. Unos acordes de Ramón Montoya, introducen la guitarra de José Luis Rodríguez, que es la piedra angular y el punto de apoyo necesario para mover el mundo. Un mundo que tiembla cuando expone sus fandangos de excepción. La voz de El Picúo es la tierra y las raíces que en ella se asientan. Los dos músicos hacen una montañesa y acto seguido una rondeña. El baile sabe a hoguera y a pastizal. Todo el cuerpo es tensión y equilibrio al servicio de los deseos de la bailaora. El zapateo es algo más, es un apoyo preciso.

Una de las entregas más flamencas de Belén Maya la encontramos en una tácita segunda parte, cuando aparece con vestido pistacho de volantes y refajo granate, interpretando una bulería a tres con acompañamiento de sólo compás, rematado por el calor de un rasgueo de guitarra. Los tangos están llenos de detalles. Nos faltan ojos para apreciar tanta sensibilidad en tan pequeño recipiente.

Ana Cali y Vanesa Coloma son dos palmeras exactas, flamencas de oficio, que elevan el compás a otro panteón divino. En solitario con sus palmas, con sus jaleos y su tacón entreverado, harán la bulería que venían apuntando desde lejos. El público, volcado, reconocido, con la risa floja, aplaude con sinceridad a esta muestra de virtuosismo sin igual. Para terminar, la artista vuelve al origen, el triángulo se cierra, abraza unas alegrías con roja bata de cola, demostrando una vez más que nadie en la actualidad mueve este vestido como la hija de Mario Maya.

La lección ya está sabida. Los cantes propuestos se han llevado a cabo con satisfacción. Así que Belén borra con descuido el pizarrón y la luz se apaga. Aunque vuelve con un Revés del tiempo para bailarnos la bulería que hizo para la película Flamenco, de Carlos Saura.

El buen sabor de boca que deja siempre Belén Maya es algo insuperable. Es una bailaora que tiene mucho que decir y sabe cómo decirlo. Por suerte, tiene muchos seguidores que, como ella, creen en unas formas reposadas, en un baile más racional.

4 comentarios

volandovengo -

Reitero mi enorme satisfacción al ver que los protagonistas de mis crónicas se asoman a mis palabras. Además, cuando se trata de alguien que admiro de verdad, mi orgullo es doble.
No sé cómo habréis llegado a mi blog, Belén Maya y David Montero, pero me animáis con vuestros comentarios a seguir escribiendo.
Deberiáis saber, por otra parte, que la mayoría de los artículos que aquí apunto, los publico en el diario "Granada Hoy" en forma de crítica. El blog no es más que un complemento que refleja íntegramente lo que escribo, sin pasar por la criba ciega del periódico (recortes por espacio, ausencias por módulos publicitarios, cambios por ajuste a las cajas de texto).
Gracias por vuestro apoyo

david -

pues aquí va el comentario de otro de los responsables de "dibujos", concretamente esa cosa que llamamos dirección escénica.
amo el flamenco tal cual (era antes aficionado al flamenco que profesional de esto del espectáculo), y trato de acercarme a él desde ese respeto y ese amor.
gracias primero por tus comentarios sobre el espectáculo, siempre es agradable que te halaguen pero gusta más cuando esos halagos demuestran haber comprendido lo que se intentaba.
me siento muy afortunado de trabajar con belén, su sensibilidad y su inconformismo son una continua lección y un continuo reto.
gracias a estas cosas de google descubrí tu página y pasearé por ella de vez en cuando.
saludos

volandovengo -

Es un orgullo que hayas entrado en mis noticias cotidianas, admirada Belén. Siempre me sorprenden tus propuestas llenas de sugerencias y que trascienden el flamenco como tal. Hoy por hoy, el baile que más me interesa es el tuyo y el de los que siguen directa o indirectamente tu estela (léanse bailaores de la talla de Israel Galván o Manuel Liñán)

belen maya -

gracias.no sólo te ha llegado lo que queríamos contar,también has visto pequeños tesoros que el proceso de crear un espectáculo te regala pero que crees que nadie podrá apreciar.Gracias por lo del buen sabor de boca,en Granada no salí muy contenta,el público me pareció frío y como descontento con el espectáculo.Gracias por confíar,tu y todos los que vaís mas allá de los límites del flamenco, y darme la libertad de continúar.gracias.