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Deifontes Heredia

Deifontes Heredia

III Festival Flamenco "Villa de Deifontes"

 

Heredia es el padre, Jaime “El Parrón”, y Heredia es la hija, Marina. Los dos, el viernes pasado en Deifontes, apellidaron al pueblo con una muestra de su buen flamenco. Antes de esta saga familiar, empero, iluminaron la escena un grupo nutrido de niñas y niños que, bajo el nombre de agrupación flamenca “Cerro de la Cruz”, y bajo el gobierno de su maestra María Angustias, abren todos los años este Festival, con su baile por tientos, rumbas, alegrías o tangos. Con música en off de Camarón o Las Chuches, los jóvenes aprendices, algunas de cuatro o cinco años, hacen las delicias de sus familiares repartidos entre el público. El baile de alguna de estas chiquillas, aunque académico y encorsetado, realmente apunta maneras.

El Parrón, con voz de bronce y aguardiente, se arranca con una soleá. Es su palo estrella y así nos lo demuestra. Aunque su garganta y facultades ya no son las de antes, reconocemos que sigue siendo uno de los grandes en su estilo. Sus cantes de levante son muy aplaudidos y los conatos de ahogo en sus fandangos están bien cubiertos con la eficacia guitarrera de Luis Mariano.

Este guitarrista también le tocará a Marina que, con Carlos Grilo y Manuel Salado haciéndole compás, comenzará su entrega por alegrías. Una entrega que, me temo, no llegó al cien por cien. Quizás tratándose de un lugar al aire libre, donde el ruido de fondo se impone a los actuantes y el sonido no está muy ajustado (me consta que los monitores no se oían como es debido), es difícil tener una actuación sobresaliente. La malagueña constituyó el único tema jondo de esta cantaora. Marina esconde registros y quejíos extraordinarios. La costumbre granadina de rematar estos cantes de Málaga con fandangos del Albaycín debe ser una constante para nuestra identidad. Con las bulerías y los tangos, con los que acaba su pase, demuestran que Heredia es una gran flamenca, que hilvana la fiesta como nadie y que es la mayor representante en la actualidad de los tangos de Granada.

A petición del público asistente y fuera de previsión entonó su éxito “Me duele, me duele”, esos tangos-rumbas que le dan nombre a su primer, y por ahora único, trabajo discográfico, a los que acompañó con un poquito de baile.

 

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