La carrera
Carrera, carrera, sólo tengo una. Mejor dicho, una y media, pero la segunda no la terminé, y de la otra no ejerzo. Es decir, es como si no tuviera ninguna.
La verdadera carrera, sin embargo, es la que me pegué el otro día detrás del autobús, que lo perdí por tres segundos, creo. Si lo llego a saber, no corro y lo pierdo por tres minutos que, para el caso, es igual, pero sin resuello.
En mi carrera pisé algunos charcos, se me saltaron algunas lágrimas, el corazón se me aceleró como nunca y empezó a dolerme el costado. Aunque en realidad lo que me dolía era el alma, en caso de que existiera y sobre todo en caso de que no se me hubiera saltado por la boca en mi reciente mi esfuerzo.
En ese nuevo caso, de que mi alma me hubiera abandonado, me dolería el hueco del alma, si existiese, repito, que quizá no, pero doler duele. Es como las meigas en Galicia.
Conclusión: corrí como nunca y lo perdí como siempre.
6 comentarios
volandovengo -
No te mezcles, Joven Llanos, con gentes de corta visión.
volandovengo -
También he perdido algún vuelo, amigo Joven Llanos.
Yo también juré, como Lauzier, no correr más, pero cuando la hora se te ajusta como un guante de neopreno y sabes que hasta dentro de 20 - 30 minutos no tendrás otra oportunidad, te comes los principios.
Hay gente que como tú tiene problemas con los comentarios o de acceso en general. No sé a qué se debe. Es un fastidio, sobre todo para mí, pues muere una interactividad que me estimula.
lauzier -
joven llanos -
Gracias y disculpa.
joven llanos -
Óscar -