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María Toledo en La Platería

María Toledo en La Platería

Una mezcla un poco anormal en una joven cantaora (1983), premiada en las Minas de La Unión en el 2002, es lo que llamó mi atención el pasado mes de marzo en el ciclo "Flamenco viene del sur". Y es que María Toledo es una flamenca de La Mancha, rubia y estudiante de derecho y de piano, todo poco convencional. Y si además habla bien, marcando las eses, y demuestra su conocimiento y su largura en los estilos, es digna de encomio. La primera vez, como digo, me impresionó. Compartió escenario con otra joven promesa, la jerezana Carmen Grilo, y salimos muy satisfechos aquel entonces del teatro. Esta vez, sin embargo, no sé si por la responsabilidad de actuar en este templo del cante, como es la peña de La Platería, por el frío de Granada que le cogió de improviso o por una extraña inclinación a remedar a sus mayores, sobre todo a Carmen Linares, su actuación resultó encorsetada y falta de pellizco, con algunos momentos relucientes, justo es decirlo.

De cualquier forma, el conjunto de su recital fue más que correcto, rico en matices y en referencias, sabroso en sus propuestas. Y, si a todo esto unimos la sensibilidad de la guitarra de Luis Mariano, la noche mereció la pena.

La primera entrega de María Toledo fueron unos tangos que resultaron deslavazados y chirriantes. Su voz sonaba encorsetada, muy de escuela, y fingida, tanto que desconcertó al personal. Poco a poco, sin embargo, fue enmendando sus propuestas sin llegar en ningún momento a emocionar. Quizá la mejor entrega de la primera parte fue una soleá de Jerez y de Triana o, por momentos, las alegrías en las que se acordó de La Perla de Cádiz o de Aurelio Sellés.

La segunda parte, por desgracia, fue igual de sosa que la primera, en la que hizo un buen intento por acariciar la fibra del espectador comenzado con una zambra, que culminó con el "Carcelero carcelero" de Caracol, siguió por levante, haciendo una levantica y una preciosa cartagenera. También hizo unas seguiriyas y culminó por bulerías. Como bis, un par de fandangos.

En general, bastante flojo para las expectativas esperadas. Tan sólo sobresaliente por una de las mejores guitarras del panorama granadino, que es como decir de las mejores guitarras de andalucía.

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