Españoles, Franco ha muerto
¡Las fechas! Las fechas se repiten, pero sobre todo se acumulan. El día a día se va imponiendo y, por suerte o por desgracia, el pasado es polvo, tan sólo polvo.
Ayer, 22 de noviembre, celebramos el Día de los Gitanos Andaluces. (Mañana sacaré la crónica de su festival.) Hace nada menos que 544 años que un par de patriarcas gitanos con "hasta cien personas entre hombres, mujeres y niños, sus naturales y vasallos", según la Crónica del Condestable don Miguel Lucas de Iranzo, fechada en 1462 en la ciudad de Jaén (poco antes de que invadiéramos América por primera vez).
Pero hay otras fechas a tener en cuenta que pasan a mi lado sin siquira rozarme. Algunas, lamento verlas a toro pasado, como el cumpleaños de mi hermano, el 18 de noviembre. Pero otras, me alegro de su invisibilidad, como el 31 aniversario de la muerte de Franco el pasado lunes.
Tenía yo 13 años y madrugué, como siempre, para comprar bollitos para el desayuno de mis hermanos y mío antes de ir al colegio. Al llegar a la panadería, estaba cerrada, creo, o estaban cerrando o estaba abierta pero no habían horneado. Por qué. Franco había muerto totalmente (pues llevaba moribundo algún tiempo), (últimamente era un gato mal herido). Llegue a mi casa sin pan pero con una gran sonrisa, no porque se hubiera muerto el dictador (que ya tendría tiempo de alegrarme), sino porque no había escuela.
En mi casa, los mayores, tenían cierto miedo. Mi espíritu saltaba, sin embargo, porque aquello suponía un cambio en la rutina cotidiana. Siempre me han llenado de esperanza estos vuelcos del destino. Sin comprender muy bien o sabiendo claramente que el cambio es para bien, para mal o inocuo, la sorpresa de lo diferente es lo que anima mis días (como aquel que dijo que no se moría tan sólo por curiosidad).
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volandovengo -
lauzier -