Un bicho de Connecticut
Estoy leyendo Cuentos completos de Truman Capote (la última entrega de Círculo de Lectores) y, aunque no tenga nada que ver, su alusión a algunos de los Estados de los Estados Empalmados (que es otra forma de decir Unidos), me ha traído a la memoria una de las comedias en un acto que escribí en mi juventud (1991).
Os dejo con ella:
Un bicho de Connecticut
Señora - ¡Aaaaah!
Camarero - ¿Qué le ocurre, madame?
La señora que grita - ¡He encontrado un bicho en mi sopa!
Camarero - ¡No puede ser!
Ella - ¡Como lo oye!
Asombrado, el camarero - ¿Qué clase de bicho?
Agitada - Un bicho de Connecticut.
Él - ¿No me diga usted que conoce a los famosos bichos de Connecticut?
Interesada - Pues claro. ¿Quién no conoce los bichos de ese Estado?
Sentándose a la mesa - Son los más pequeños y negros que he visto.
Asqueada - ¡Repugnante!
Se levanta de un salto - ¡Señora!
Ella (entre disculpa y mofa) - Usted no, el bicho.
El camarero, que se pasa la servilleta de la señora por la frente - ¡Uf, creía! ¿Le cambio la sopa?
Señora - No sé... Le he tomado cariño.
Camarero - ...Al bicho.
Señora - No, a usted. Y no quiero que se marche.
Él - ¡Pero tengo que trabajar!
Amorosa - ¿A qué hora acaba?
Camarero - A las 10 p.m. Pero no creo que pueda ir a su piso a tomar una copa y a lo que salga.
Ofendida - Yo no he querido decir eso.
El hombre - ¿Qué ha querido decir entonces?
La dama - Que podíamos ir a su piso y tomar una copa y... ya usted sabe.
Anonadado - ¡Señora, que estoy casado!
Ella - Yo también. Mi marido es camarero.
Camarero - ¡Qué coincidencia!
Sin creérselo - ¿Tiene usted también un marido camarero?
Sin explicárselo - No. ¡Yo soy camarero!
Sin pensárselo - Y mi marido también.
Exasperado - Señora, me voy. La dejo. No aguanto más.
Histérica - ¿Cómo se atreve? Daré parte. ¿Su nombre?
Cabizbajo y flojito - Luisss
Dispuesta a comerse el mundo - Luis, ¿qué más?
Con un nudo en la garganta - Luis Heredia Martínez.
Dejando caer el lápiz y la agenda - ¡No puede ser! ¡Mi marido! (y abre la boca y no sé si se le cae la baba).
Con lágrimas en los ojos - ¡María Luisa! ¿Eres tú? No te había conocido. ¡María Luisa!, ¡María Luisa! (etc.).
María Luisa (con lágrimas en los ojos, pero otras), alternando con las exclamaciones del marido - ¡Luis! ¡Luis!... ¿Luis?
Luis - ¿Qué haces tú aquí?
TELÓN
* Foto: Truman Capote en 1947 (© Washington Post Magazine)
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