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volandovengo

Lobos

Lobos

Es un tema del que se podría seguir hablando a lo largo de los años. Los lobos dan mucho de sí.

El lobo, ese salvaje superviviente de los carnívoros europeos, tiene una merecida fama de malo, malo. Es el más malo de los cuentos y fábulas de toda nuestra tradición continental. Y sigue siendo el malo en películas, relatos y dibujos animados. Sin embargo, es un ser admirado, elegante y gremial.

Blancanieves, Los tres cerditos, Los siete cabritillos... todos tienen (temen) al lobo como enemigo 'feroz' que, no obstante, siempre sale mal parado, escaldado, engañado y sin comer otra cosa que no sean piedras.

Aunque, a decir verdad, el niño (y más cuando ve la imagen inofensiva de una ilustración) siente una llamada interior que lo hermana con el lobo. Por el lobo se puede exclamar "ánimalito", lo que nunca diríamos de los cerdos o de las cabras.

Prueba de ello, aunque el lobo fuera un coyote, la tenemos en los dibujos del Correcaminos. La mayoría de los niños-adultos con los que he hablado simpatizaban con el cánido y, por decirlo de algún modo, les hastiaba la perfecta agudeza del pajarraco.

Paco Ibañez cantaba en su mundo alrevés a un lobito bueno, reconociendo que el epíteto lobuno es todo lo contrario. El lobo símplemente sigue su instinto de supervivencia y se acerca a los rebaños, como nos acercamos nosotros al frigorífico, y acaba con una o varias ovejas vivitas y que balan (no confundir con una marca deportiva).

También han atacado al hombre, al pastor, al niño que camina solo, a esa niña con un tarro de miel en la cestita y a su abuela. Era un asesino sin más. Un ser sin escrúpulos que podría muy bien comer lechuga y dejar a los corderos en su silencio. Hobbes decía: Homo lupus homine, que quiere decir que 'el hombre es un lobo para el hombre'. (Sartre, retomando la idea, afirmaba, en su obra A puerta cerrada, que el infierno del hombre son los demás hombres.)

Boris Vian, remedando toda la tradición fantástica europea, concibió al lobo-hombre. Un lobo normal y corriente que, en las noches de plenilunio, se convertía en hombre (una metamorfosis más angustiosa que la de Gregorio Samsa). Más tarde, un grupo español de los 80, llamado La Unión, reprodujo esta historia cantando un lobo-hombre en París (su nombre Denís).

A decir verdad, todos tenemos algo de lobo, nuestro comportamiento social es de manada aulladora (aunque preferiríamos ser familia de elefantes, más civilizada). De hecho, los italos y, por ende, los romanos y todos los europeos descendemos de una loba, de la leche de la Loba Capitolina.

Algunos autores, agudizan la historia, diciendo que en realidad era una zorra. Me explico, era una loba, versus zorra, porque cobraba por sus servicios. En la Roma arcaica, a las meretrices se las denominaba lobas, o sea, lupus, de ahí el término de 'lupanar'.

¿Quizá nuestra atracción por la luna llena tenga reminiscencias de lobo?, ¿o de hombre-lobo?, ¿o de lobo-hombre? Y una última pregunta: ¿por qué a ciertos ejecutivos se les conoce como lobis?

* Foto extraída de la Revista Litoral: texto de Rafael Alberti, escrito en Roma: Peligro para caminantes, en Obras completas. Tomo III. Poesía 1964-1988, Madrid, Aguilar, 1988. Su traducción sería: La vieja loba madre / Ha sido derrotada por los gatos. / Rómulo y Remo bajan por la noche / Para mamar la leche de las gatas / Y jugar con los gatos por los Foros.

4 comentarios

volandovengo -

No es nada, primo, son cosas que tienes en la cabeza y cuando sacas el tema te asaltan casi sin querer. La inmediatez de un blog, tú lo sabes, es lo que nos hace pensar rápido, dejando la exahustividad para el remordimiento, que quizás nunca llegue.

lauzier -

Entre la entrada y el comentario, delicioso recorrido, primo, que me deja boquiabierto y con la sensación de siempre: que no sé nada. Un abrazo.

volandovengo -

Te agradezco el trabajo extra de tus comentarios, joven llanos.

joven llanos -

El pueblo Lobi cree que una vivió en una especie de Jardín del Edén junto a un dios creador de todas las cosas. Sin embargo, cuando la población fue aumentando comenzaron las disputas entre los hombres por causa de la posesión de las mujeres, y disgustado, dios se alejó de ellos. Pero no queriendo abandonarlos completamente les asignó un ser espiritual para que les guiara y cuidara. Estos espíritus se comunican con las personas a través de jefe religioso de cada comunidad, y a través de sus mensajes les va transmitiendo normas sociales. A un nivel inferior los Lobi cuentan en su cosmología con numerosos espíritus del bosque.
Las mujeres cultivan su propia huerta, recolectan frutos del bosque, se encargan de la búsqueda de leña y del agua. Además, son las responsables de la preparación de las comidas y la cerveza. La construcción de las viviendas se lleva a cabo con la colaboración de hombres y mujeres.
Los niños se mantienen junto a sus madres hasta que comienzan a caminar, momento en que se les deja de alimentar con la leche materna. En ese momento se considera que comienzan a ser personas, se celebra una ceremonia especial, y a partir de ese momento serán atendidos por las hermanas más mayores. Las muchachas además de ayudar a sus madres en trabajos como traer el agua o moler los cereales, a diferencia de los pueblos vecinos, suelen tambien ayudar a sus padres y hermanos en el cuidado y vigilancia del ganado.

Se celebran varias ceremonias anuales ante la especie de altares que tiene cada casa. Por ejemplo, al final de la estación de cultivo, se celebra una de las principales fiestas del año; otras fechas importantes son los nacimientos, matrimonios y muertes. Las ceremonias más importantes, sin embargo, giran en torno a la iniciación de los jóvenes.

A diferencia de sus vecinos Wala que tienen fama de contar con importantes músicos de xilófono para los entierros y bailes, los Lobi son famosos por la fabricación de máscara muy creativas