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Un clavo saca otro clavo

Un clavo saca otro clavo

Festival Internacional de Música y Danza de Granada

La francesa

Un clavo saca otro clavo. Es como decir que no hay mejor que el tópico para acabar con los tópicos. La francesa es una obra milimetrada, que pone sus ojos más allá del flamenco, el ortodoxo y el experimental. Con un inteligente andamiaje construye Israel Galván cinco coreografías para su hermana Pastora. Los cinco actos, con sus correspondientes interludios, están basados en el mito de la “mujer fatal” española, tal y como lo concibieron los soñadores franceses. Así, la leyenda destaca a la Carmen de Mérimée a La mujer y el pelele de Pierre Louys o a La maja y el torero de Gautier. Estereotipos tan enraizados que las mismas españolas se lo creyeron y tendían a semejar sus vidas a esas heroínas, como quien lee el horóscopo para saber cómo debe comportarse.

Pero no queda ahí la cosa. En tratándose de Francia y su relación con el país vecino, que somos nosotros, todo son patrones. El viajero galo que recorre la Península exalta el folklore, a los gitanos, a la Semana Santa y a los toros; los músicos de la época ponen sus ojos en España para crear su obra, léase Bizet, Rabel o Debussy. Pinceladas históricas como la resistencia navarra o gaditana frente a las tropas de Napoleón, germen primigenio de las alegrías de Cádiz. Y tantos tópicos…

Todo eso se une a la actualidad, a la sonrisa de medio lado, a la migración, a los franceses españoles y a los españoles franceses, a la vecindad, a la Comunidad Europea, al mercado del fútbol y al trasiego de galácticos, y a José el Francés cantando Fuera de mí ya no quiero tu querer….

Pastora Galván se pone en el papel de La francesa y se empapa de varios siglos de interacción. Nacida flamenca, con una trayectoria flamenca y unos precedentes de los más añejos, Pastora colabora con su hermano, y con ese exquisito compositor catalán de Sevilla llamado Pedro Sierra, para romper moldes y estructuras, para contar algo por medio del baile (y de la música), para divertirse y para divertir al público. ¿Quién dijo que el flamenco debe ser serio?, ¿quién pensaba que en flamenco está todo inventado? Esta comicidad está muy presente en nuestros tiempos. Acordémonos de María Pajes o de Rocío Molina o de Manuel Liñán. Pero, sobre todo de Israel, que se ha empeñado en desmontarlo todo y exponer que si tienes algo que decir, que si tienes arte para contarlo, que si tienes una buena base flamenca y un respeto por tus mayores, es igual como lo digas.

Su hermana coge el testigo y eleva el nivel, si se puede. La francesa es un corpus de sensaciones contradictorias lleno, como digo, de tópicos que romper. Los colores de la bandera francesa predominan entre los músicos. El mismo blasón ilustra el fondo del escenario, hacia la derecha. Pastora baila con pasión y gracia todas las propuestas musicales. Parece fácil, pero son verdaderos ejercicios gimnásticos con trasfondo flamenco. Sólo una mujer con duende y compás, una bailaora de oficio y con una técnica depurada, puede abordar ese reto. Pedro Sierra no para de tañer su guitarra, conduce todos los momentos, los actos, los silencios. Es el alma mater de una obra redonda. Suenan milongas, soleares y bulerías, fandangos, granaínas y zorongo, tangos, rumbas, alegrías, habanera, pasodoble… mezclado con apuntes de la chanson francesa, de sus composiciones clásicas, del cancan…

Es admirable la propuesta, es un lujo la obra, que lleva casi un año rodando desde la pasada Bienal de Sevilla, es grandiosa la música, como grandiosa es la Galván francesa… y el humor. Pastora es la bailaora convencional, la rompecorazones, Salomé, Carmen, Conchita y como Lola se va a los puertos, pero también es la pelona que baila en la verbena, la chica del can que vuela su falda o Zidane (el número 10) que entrena con el balón y da un cabezazo al cantaor.

Pastora termina revolcada con la enseña marsellesa. Por fin acabó con el mito. Ahora empieza otro reto: el de superarse a sí misma, el de cambiar de registro, continuando por este camino, comunicando con este lenguaje nuevo que es el más fresco e interesante que conozco en este momento.

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