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volandovengo

Sirenas

Sirenas

Al hombre se le desbordó la imaginación y concibió la Sirena. Si admitimos con Borges que el Centauro es la criatura más armoniosa de la zoología fantástica, convendréis conmigo en que la Sirena es como poco la creación más sensual y misteriosa del panorama de invenciones míticas.

La sirena puede ser una utopía o de una realidad tan feroz que puede doler. Engendra tanto el mal como la inocencia, a semejanza de ese ser entre angelical y demoníaco a quien Nabokov denominó nínfula y le dio el nombre de 'Lolita' por los siglos de los siglos.

Quién no ha estado enamorado de 'Lolita'. Quién no ha albergado en su cabeza el sueño de las sirenas. Quién no ha sentido en el corazón el pálpito de su húmedo amor.

Mi encuentro con sirenas siempre ha sido fortuito (en una lectura, en un sueño, ancoradas en las rocas o amando mar adentro), nunca he decidido ir en su busca ni ellas se me han aparecido a conciencia.

Desde pequeño, antes de tener razón de uso, me han fascinado esos seres mitad pez mitad mujer desnuda (la desnudez es un apelativo inseparable de la sirena). Hasta la cintura es una bella mujer, de rostro verdoso, según la leyenda de San Brandao (o Brandán), y de cintura hacia abajo es un pez (aunque Rene Magritte, en 1934, la concibiera al contrario: un pez con piernas y sexo femeninos).

Con el tiempo, las sirenas se sobreponen a la imaginación y trascienden al plano de lo real y de lo palpable (es un decir). Aunque su presencia, si acaso, está asociada a otras sales, a costas abruptas, a países lejanos, a mares por descubrir.

Las sirenas pueden entrar en el mismo saco (¿invisible?) que las brujas, que el caballo alado o que el noctámbulo vampiro. Al crecer, cuando se logra la estúpida sensated de la edad madura, estos seres se esfuman de nuestra conciencia lógica y caen de lleno, sin poderlo remediar, en un plano hagiográfico, donde permanen por mucho tiempo, quizás toda la vida.

Ahora, sin embargo, estoy convencido de su existencia. Si en el globo se mueven seres como el ornitorrinco, el pez espada o el oso homiguero, por qué no va a existir la sirena.

* EN LA FOTO: sirena en el puerto de Copenague

10 comentarios

volandovengo -

Alejandra taxativa. ¿No serás tú una de esas sirenas que defiendes?

ALEXANDRA -

Las Sirenas si existen

volandovengo -

Hay motivos de fe menos evidentes que la sirena.

madelin -

para mi son reales por k lo k no existe no c piensa, y aunke no la e visto yo c k existen.

volandovengo -

Lo entiendo. Hay gente que se queda sin palabras.

nfl -

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volandovengo -

Magníficas estéticamente "Splash" y "La joven del agua", como todo el cine norteamericano, siguen un canon seductor contemporáneo. Para mí, más increíbles e intocables que las sirenas de Ulises o las de Peter Pan.

Patón -

¿Y las sirenas cinematrográficas, Daryl Hannah y la última de M.N. Shyamalan ¿qué te parecieron?

volandovengo -

Sí, metafóricamente son iguales. No sólo ésas, sino muchas más sirenas que se me ocurren. Seguiré, no obstante, hablando de sirenas estos días para aclarar algo o para aumentar las dudas. Además, Identidade, tú tierra es un lugar escogido por estos delicados antropomorfos.

Identidade -

Pero, la sirena tuya es la de Andersen, la de Homero y la de Nabokov? Que imaginación!