Quién baila hoy
Posiblemente Granada sea la única ciudad andaluza donde se puede ver flamenco a diario. Y no un flamenco de relleno para contentar a extranjeros conformistas, sino un flamenco, en la mayoría de los casos, de una calidad considerable. Aunque durante todo el año esta muestra es abundante, en llegando el buen tiempo, los meses de primavera y verano, la oferta se multiplica. Así, cuevas, tablaos, bares y otros locales alternativos, sabiendo el poder de reclamo que tiene este arte, no dudan en llevar a sus escenarios –a veces asaz reducidos- a lo más granado del flamenco local e incluso de fuera de Granada. Hay flamencos de todo tipo, de segunda y de tercera fila, pero también primeras figuras que, si no están actuando fuera o tienen alguna grabación, se desperdigan por estos rincones para ofrecer su cante, toque o baile sin ambages de ningún tipo. Es fácil ver una noche a alguien de renombre o el flamante ganador de algún premio de prestigio. De esta forma, se cumple un doble objetivo. En primer lugar, estos pequeños escenarios se abastecen de los actuantes necesarios para cubrir una creciente demanda de propios y foráneos. Y, por otra parte, sirven de local de ensayo permanente para los flamencos que allí actúan, manteniéndolos en forma y en continuo crecimiento.
Desde las sagas sacromontanas, que se ocupan de su zambra o su cueva (como los Maya, los Heredia o los Canasteros), hasta los demás artistas de todos los puntos de nuestra geografía, mantienen viva esa llama del flamenco cotidiano.
Los aficionados al flamenco muchas veces somos reacios a deglutir de cualquier forma el flamenco a granel, popular y populoso, que nos venden sin ningún respaldo institucional o autorizado (festival, ciclo o concierto). Estamos equivocados, el iluminado momento del baile, ese pellizco exclusivo de un cantaor, el guitarrista que ha logrado redondear su falseta, a veces sólo se aprecia en una peña o en el lugar oficioso e informal a que nos referimos.
Cuando tienen la oportunidad, como digo, estos locales hacen un esfuerzo extra e invitan a una figura de fuera de nuestras fronteras. Tal es el caso del tablao Albayzín que durante todo el mes de abril ha tenido bailando a Juan Ramírez. Todo un lujo. Juan Ramírez (Mérida, 1959) es un artista polifacético que se ha decantado por el baile. En 2005 salió su primera grabación, Más flamenco que el tacón, un CD y DVD en el que no sólo baila, sino que compone música y letra e incluso canta en la mayor parte de los temas. También la Venta del Gallo anuncia de vez en cuando la presencia de algún flamenco de fuera. Juan Moneo “El Torta”, es uno de los cantaores jerezanos que ha repetido su presencia en esta cueva.
No deseo acabar estas líneas sin hacer mención a las peñas y su labor de salvaguarda del flamenco en su pureza. En Granada y provincia habrá una docena de peñas, abiertas al público en general, salvo determinados casos, que todos los fines de semana ofrecen algo de flamenco. La Chumbera es otro punto de referencia que, con un precio más que asequible, presenta todos los sábados una muestra completa y variada de flamenco local.
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