Días de Feria
La Feria del Libro de este año ha sido más un acontecimiento social que de búsqueda, hallazgo y transacciones. De hecho, he visitado tan sólo un par de casetas. De hecho, no he visto ningún libro y, por ende, tampoco he invertido en los sustanciosos cientos de títulos que se esparcían seguro por sus puestos.
Me he limitado, como digo, a algunas actividades de protocolo sin tenerlas programadas. O sea, por el método tan castizo de aquí te pillo, aquí te mato.
Estas aproximaciones comenzaron el 23 de abril, miércoles (ya habían pasado varios días de Feria). Con mi niño fui a la plaza del Carmen a pronunciarnos por la mejora de la calidad de enseñanza para niños de 0 a 6 años y por el aumento de escuelas infantiles dependientes del Patronato Municipal.
Fue su primera manifestación. Divertida. No paró de jugar.
Seguidamente me dirigí al stand de David Zaafra para asistir a la presentación de un libro sobre nuestra ilustre bailaora Mariquilla, que se publicó hace unos dos años y ya tenía en mi poder (sin comentarios). En la caseta estaba Chiquito de la Calzada, que es lo que en realidad me interesaba para hacerle una entrevista sobre su pasado flamenco para la revista Acordes.
La entrevista no la hice (quedé para hacérsela por teléfono). Estuvimos hablando informalmente un poquito (lo que le dejaban tanto admirador), nos tomamos unas cervezas y nos hicimos unas fotos (imprescindibles para la publicación).
Al final, por arte de birlibirloque, tuve que pronunciar unas palabras en público para hacer entrega uno de los inconmensurables libros de Zaafra (El Quijote) a Chiquito.
Mi segunda incursión fue el domingo 27 en este mismo recinto. David debía presentar un libro sobre Paco Lucía y Camarón escrito por Félix Grande e ilustrado por él. Felix anunció que no venía, problemas familiares. Zaafra me propuso entonces que sustituyera al insigne literato e ilustrtara la charla con unas pinceladas acerca de los artistas gaditanos.
Debía haber estado, pero perdí por mi mala cabeza (por echarle la culpa a mi segundo órgano favorito, decía Woody Allen), la presentación de un par de libros que había diseñado y maquetado un servidor (Entre ruinas de Antonio Dafos y Gabriel Cabello y Ficción Sur, una antología de autores andaluces) y la entrega del premio "Javier Egea" del que fui prejurado.
* Casi sin pensarlo, me vi sentado con Chiquito y Mariquilla.
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