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volandovengo

Crédulos

Crédulos

Mi dueña opina que nuestro vástago no debe ver Los Picapiedra porque va a creer que en los tiempos primitivos tenían troncomóvil e iban a la bolera. Sin embargo, no está vetado un oso con corbata y sombrero que habla en verso.

Cada vez es más fácil vendernos lo improbable. Los adelantos tienden a entorpecer la razón.

Mi hijo desea volar como Supermán, lanzar telas de araña y bolas de fuego; quiere ser invisible y que los reyes le traigan una varita mágica y una alfombra voladora. Le gustaría tener un perro de tres cabezas y subir a una nave espacial. Todas las noches busca la estrella de los deseos y quiere encontrar un tesoro escondido en la arena de la playa. Para comer prefiere los filetes de ballena y para dormir las nubes blandas.

La fantasía roza la mentira. ¿Hasta qué punto la inocencia es candidez?

¿Y si los equivocados somos los demás? En el manicomio piensan que los locos están fuera.

Todos, en nuestro estadio, somos crédulos, cándidos, incautos (más cercanos a la estupidez que a la sabiduría). Einstein decía que todos somos ignorantes pero no todos ignoramos lo mismo.

Por muy listos que nos sintamos, todavía creemos que el hombre subió a la luna, que la belleza se lleva por dentro y que el mundo es redondo.

5 comentarios

volandovengo -

El Pinar, seguro que algo de esa niña la llevas dentro.

El Pinar -

Me gustaría ser de nuevo una niña para poder soñar de verdad , tener esa inocencia que te hace ver todo de un color especial...

volandovengo -

Por fin encuentro a alguien en el otro lado.
La fantasía, la imaginación, es esencial para sobrevivir en este mundo de realidad cruel.
B, ya experimentarás con tu niña que viene de camino, enhorabuena. Ya lo celebraremos como es debido.
Con patines, Tombuctú (o Timbuctú) estuvo también alojada en mi mente durante algún tiempo. Muchos exiliados de Al Ándalus acabaron en Mali. En la región de Tombuctú existe una biblioteca, auspiciada por la Junta, que recoge todo el material bibliográfico que se llevaron los antiguos granadinos. A ver si hablamos de todo eso.

Con patines -

Pues a mi me encanta probocar la fantasía de mis niñas, con la tele con los cuentos, incluso yo misma vivo a veces en mi mundo de fantasía, ahora esta en Tombuctú y llevo unos dias que viajo imaginariamente por unas calles llenas de arenas y de hombres azules, recien llegados del desierto.
No creo que sea malo, solo que a veces y sin hacerles daño hay que hablar de la realidad. Al crecer Mariana muchas veces me pregunta ¿mama esto es verdad?, le digo no cariño es imaginación, segundos despues ella sigue jugando como si fuera real, la fantasia inicial. Ahora ella tambien viaja a Tombuctu conmigo, incluso quiere ir en camello

bss

B -

Creo que hace falta vivir en ese mundo de niños (de hecho me parece apasionante)para poder después vivir en el de los adultos.
La imaginación cuando somos niños nos vacuna para lo que nos encontraremos después.
A mí me encantaba de niña ver Los Picapiedra (y la Abeja Maya, el Oso Yogui...) sin pensar si aquello podía o no ser real.
El tiempo lo pone todo en su sitio (también en este caso).
Un beso para Juan.