El principio de acumulación
El efecto-dos-mil me cayó de lleno: me casé ese año. El 23 de abril, el día de mi santo, que resultó ser, para redondear, Domingo de Ramos, decidí tener dueña, dormir con mi amiga o enemiga, que alguien manejara mi barca, que se sentara en el pescante de la diligencia...
San Jorge es también el día del libro (el 23 de abril de 1616, aunque según distintos calendarios, fallecieron tres grandes escritores de la literatura universal: Miguel de Cervantes (calendario gregoriano), William Shakespeare (calendario juliano) y el Inca Garcilaso de la Vega. También coincide con la fecha de nacimiento de Vladimir Nabokov en 1899 y fallecimiento de Josep Pla en 1981).
San Jorge es el patrón de Cataluña y de Aragón, de Ingleaterra y de Dinamarca, de la Caballería y de la Marina.
Me encantan estas coincidencias. Mi hijo nació el 25 de diciembre (de 2003), es tonto decirlo, pero es el Día de Navidad, cuando nació Jesús (y Enrique Morente) (y el padre de una amiga mía) y cuando viene Papa Noel, fun, fun, fun.
Son fechas que no se olvidan, son celebraciones múltiples que aumentan en calidad pero disminuyen en cantidad. O sea, matamos varios tiros de un pájaro. Que mi santo es mi aniversario, mejor, así el postre es doble; que mi hijo cumple en Navidad, mejor, todo el mundo está de fiesta y los aborrecibles locales para niños están cerrados y nos ahorramos que al colegio lleve caramelos o las infectas "chuches".
Es lo que yo llamo el "principio de acumulación". Acumular acontecimientos puede convertirse en todo un acontecimiento. Es como invitar a gente muy dispar a una fiesta o que te toque un coche el mismo día que te dan el carnet o cantar línea y bingo en un mismo cartón o que llueva sobre mojado...
Cuando cogemos el teléfono, ya aprovechamos para hacer varias llamadas; cuando vamos al centro, preparamos un recorrido interesante para aprovechar el viaje; cuando visitamos una ciudad diferente, nos hacemos una relación de amigos que podemos ver, de lugares imprescindibles para hacerles unas instantáneas...
Mi peso real ronda (por cierto, mañana me voy a Ronda) los 60 kilos. Desde joven, siempre he pesado lo mismo. Ahora algo más. La edad no perdona. Tengo más grasa y menos fibra. Me gusta, no obstante, decir que he estabilizado en los 62 kilos de peso, como mi año de nacimiento, así cumplo con mi estúpido "principio de acumulación".
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volandovengo -
Hueso -