Isotérmico
Entre los muchos aspectos admirables de Pepe Fernández (que, para más noticia, se trata de mi padre) es su capacidad de adaptación a las oscilaciones térmicas. Sobrelleva, como si no fuera con él, tanto el calor como el frío. Ni lleva excesiva ropa en invierno ni anda muy ligero en verano. Es capaz de pasarse horas bajo un sol implacable o de salir con chupones y escarcha como si nada.
Claro que suda. También se resfría. Pero no le molesta caminar sin techo que le proteja de los rayos o no tener aire acondicionado en el coche. Conduce con las ventanillas abiertas en julio y en febrero.
Algunos animales tienen también ese poder de climatización.
Esa característica isotérmica (que mantiene la temperatura) es envidiable. Su filosofía recuerda a ese humor corrosivo a veces de Gila: "¿Tiene usted frío?" "Para qué. No tengo abrigo".
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