Un abrazo a García Montero
La envidia, al igual que los celos, corroe al envidioso y erosiona al envidiado. La envidia, a diferencia del amor es rellenable. La envidia es negra, como el odio. Quema como la ira. Crece como el deseo, como la agonía.
La envidia es enfermiza como la gula e insatisfecha como la avaricia. Es amarga como la venganza. Amarga como la derrota. Ciega como la violencia.
El caso García Montero - Fortes reúne todos los síntomas para ser considerada una historia de envidia. Es el pecado nacional, concentrado en nuestra ciudad.
El mayor valor de un granadino es ser alguien y que se le reconozca en su tierra, antes de que su cabeza ruede por el suelo. De Granada salen grandes hombres. Algunos vuelven a entrar. Estos prohombres son traídos y llevados. Son tan libres como dependientes. Son imprescindibles en el panteón local. Blanco de miradas de admiración, pero también de envidia.
Fue envidiado García Lorca, es envidiado Ayala, es envidiado García Montero. (También Carlos Cano, Morente, Miguel Ríos, Andres Newman, el Mago Migue y tantos otros.) La historia se repite.
Por eso, nos reuniremos mañana, miércoles 19, en La Tertulia (Calle Pintor López Mezquita, 3), a las 23 horas, para apoyar a Luis, a Federico, a Francisco, para brindar por su nombre, por la limpieza de sus nombres, por la libertad de expresión...
Poetas, músicos, artistas, políticos y, en definitiva, todo aquel que quiera mostrar su apoyo al poeta, está invitado a La Tertulia para leer poemas, cantar o, sencillamente, alzar su copa y sacudirse la caspa.
La envidia conceptualmente es de derechas y el hombre feliz no tenia camisa.
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