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volandovengo

El museo de Orce

El museo de Orce

Lo que más llama la atención en el museo de Orce es el esqueleto de un gran felino rampante, que te recibe a la puerta, con la boca abierta y los dientes de sable, de unos 15 cm, sin sarro alguno.

Sin embargo, la joya de la corona es el fragmento, de apenas unos 5 cm del cráneo de un homínido de hace 1,8 millones de años: "El Hombre de Orce". El más antiguo de Europa. Prueba evidente de que la humanidad entró a nuestro continente por el sur de España, donde habían venido probablemente a pasar el verano.

De todas formas, la historia no es una ciencia exacta, y mucho menos la prehistoria. Pueden aparecer nuevos hallazgos más antiguos en otro lado y hacernos más insignificantes en nuestra acomodada dimensión.

El altiplano granadino fue un lugar de gran actividad "social" hace unos dos millones de años, con mamuts, rinocerontes y jirafas, junto con ese antepasado cuasi antropomorfo.

Hace tiempo hubo una polémica con cierto espíritu demoledor. Se decía con mofa que el fragmento de hueso de este homo no era sino el hueso de un equino. Esta suposición quedó descartada en 2002, creo. Su autenticidad ya es irrefutable. Tenemos en casa, como quien dice, al primer europeo.

Yo me quedo, no obstante, con dos piezas, del tamaño de un puño, que se encerraban en una vitrina, a la derecha del rayado. Estos eran dos coprolitos. Dicho en cristiano, eran dos cacas fosilizadas de algún depredador. O sea, los excrementos más antiguos del continente.

Me recordó en seguida al término refoscachita, que leí alguna vez y logré aprenderlo. Con refoscachita (palabra a todas luces apócrifa) se designa al semen de dinosaurio en estado fósil.

2 comentarios

volandovengo -

Juan H., esta tierra es árida. Somos duros de moyera. Preferimos seguir creyendo que el hueso es de burro antes que honrar a alguien de afuera, antes que darle la razón a quien se la hemos quitado hace un momento. Ni en Atapuerca ni en ningún lugar del mundo pasan estas cosas.

Juan H. -

Esta tierra, mi comarca, es un lugar por explotar y por descubrir, por sacar a la luz tantos y tantos tesoros que tenemos bajo el paso del tiempo. Al mismo Gilbert, el descubridor del hombre de Orce, le negaron el pan y la sal y hasta llegaron a multarle la propia Junta de Andalucía. En cambio, a este catalán lo premiaban sus paisanos por sus descubrimientos.

Ahora que ha fallecido es su hijo el encargado de tomar el relevo y muchos esperamos que la junta y las propias administraciones granadinas impulsen sus proyectos de excavación y sus investigaciones. El propio alcalde de Orce está harto de tanta dejadez y ya ha dado más de un puñetazo en la mesa. Pero como el que oye llover.

Que dirían en Atapuerca si estas cosas pasaran allí.

Un saludo.