Creacionistas y negacionistas
Hay dos debates milenarios hoy de actualidad. Dos opiniones que sorprenden por lo incomprensible e intolerante, incluso. Dos teorías que nos sumergen en los tiempos oscuros del medioevo.
Con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Darwin, todavía hay quien niega la evidencia del proceso evolutivo. No vale la ciencia ni sus descubrimientos, no valen las demostraciones y la lógica. Para algunos el hombre fue creado tal y como es, pero con menos ropa.
Sea del barro, del soplido y de una costilla. Hombre y mujer surgen a imagen y semejanza del Creador para ser centro del universo, para aplastar la cabeza de la sierpe, para ser la imagen de Dios en la tierra.
También, destaca en los últimos titulares, a raíz del levantamiento papal de algunas excomuniones a obispos que fueron ordenados por el polémico Lefrebvre, la negación de las cámaras de gas en la Alemania nazi.
No bastan los testimonios y las imágenes gráficas, no bastan los campos de concentración que aún siguen en pie para vergüenza de la humanidad. No valen los miles y miles de judíos muertos, la mayoría gaseados (en las "duchas", como decían ellos).
Entre creacionistas y negacionistas, empezarán a salir quienes reivindiquen a la cigüeña que trae a los niños de París o los que conciban el mundo plano y no quieran ir más allá de Finisterre o los que teman que se les ponga el ombligo azul a fuerza de homenajear a Onán.
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