Bailando en Salobreña
I Concurso de Jóvenes Flamencos
El Auditorio Municipal de Salobreña acogió este sábado, 21 de febrero, la semifinal de baile del I Concurso de Jóvenes Flamencos de la Diputación de Granada, que se enmarca dentro del proyecto de “Granada Universo Flamenco”. El mes pasado pudimos ver en La Zubia la semifinal de guitarra y el mes próximo tendremos la modalidad de cante en Íllora. De cada semifinal saldrán tres finalistas que se verán las caras en Cullar Vega el mes de abril para decidir los ganadores en cada categoría.
A esta semifinal de baile, llegaron cinco personas, un bailaor y cuatro bailaoras, de los más de veinte inscritos, que quedaron por el camino. Así que, con estar presente en este escenario, ya es una victoria.
Lo primero que hay que apuntar como detalle sorprendente es la meridiana calidad del cuadro de cada uno de los participantes. El bailaor o bailaora de hoy día comprende, como no debe ser de otra manera, que estar arropado por unos músicos de categoría es imprescindible para que desmerezca el trabajo realizado. Comporta un tanto por ciento importante en el éxito de la actuación. Así, con uno o dos cantaores, con uno o dos guitarristas y con uno o dos palmeros, incluso tres, cada concursante estaba respaldado en óptimas condiciones. También sorprende, y es de agradecer, que en ninguno de estos cuadros aparezca percusión alguna, aparte de las palmas. El cajón oculta el taconeo, refuerza el compás, sirve en definitiva, para enturbiar el baile, engañando al oído.
En primer lugar, con bastantes nervios e inseguridad, bailó unas bulerías por soleá Maite Vílchez de veinte años, que no pasará a la final. En su favor diremos que posiblemente estaba acompañada por el mejor cuadro atrás, en el que destacó la voz flamenca y modulada de Mati Gómez, a la que conocemos por su etapa de bailaora. En segundo lugar actuó Lucía de Miguel de veinticinco años. Quizá fuera la más profesional del grupo, lo que le llevó a ser una de las seleccionadas. Bailó unas alegrías con decisión y estilo. Destacó en su cuadro Bettina Flater, una guitarrista de origen noruego. Dos características, mujer y extranjera, difíciles de encontrar en el mundo de la guitarra flamenca, a lo que, como van las cosas, nos tenemos que ir acostumbrando. Como bisagra del programa, el único varón de los concursantes, Andrés Jiménez, de veintiséis años, hizo su aparición con una soleá por bulerías, demostrando una gran técnica y control. Lo veremos pelear en Cullar Vega.
El baile más arriesgado lo protagonizó Elena López ‘La Sensa’, de 23 años que, sin embargo, no fue seleccionada para la final. Sus tarantos, que pronto desembocaron en un baile por tangos, fueron bastante creativos, aunque su indecisión le jugara malas pasadas. Llevó el cuadro más completo de la noche, con dos guitarristas, dos cantaores y tres palmeros. El coraje y la fuerza, a veces descontrolada, lo puso Almudena Romero, de veintinueve años. Bailó unas alegrías, bien arropada por José de Pinos, al cante y Josele de la Rosa a la guitarra, que también le tocó a la primera de las concursantes. Almudena es la tercera de las finalistas.
* Almudena Romero en la foto (© Nono Guirado)
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