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volandovengo

La cansada infiel

Estando de borrachera,
quise llevármela al río,
aunque no fuera soltera.
Fue la noche de Santiago,
que compramos unos litros,
se apagaron las farolas,
se escucharon unos gritos.
Bebimos en las esquinas,
toqué sus pechos dormidos,
y abrimos otra botella
de sabores amarillos.

* Con mis respetos a Federico y a su poema "La casada infiel" (como la Torre).

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