Las peñas de Granada se reúnen
1º Encuentro Provincial de Peñas Flamencas granaínas
Por primera vez, que se recuerde, las trece peñas federadas de la provincia granadina, se han reunido para celebrar un ‘Encuentro’ consistente en una cena de hermandad y, acto seguido, un festival en el que se reúne posiblemente lo mejorcito de nuestro territorio, si no encima del escenario, sí en el patio de butacas, pues contamos supuestamente con los mejores aficionados, los que conforman las peñas flamencas, con los más entendidos y exigentes entre todos los públicos. Unos Encuentros que se celebrarán anualmente, contribuyendo así al tejido flamenco que se está hilvanando en Granada desde la Diputación y ese proyecto global llamado ‘Granada, universo flamenco’.
Así, con un sonido peor que mediocre y un calor a espuertas, dio comienzo el Primer Encuentro Provincial de Peñas Flamencas granaínas. Con la flama no se podía luchar, el aire acondicionado no funcionaba, pera nos dio pie a descubrir a las damas de La Platería abanicándose a compás. Lo del sonido fue un boicot. Chicharra continua, acoples, silencios inoportunos, estallidos, micrófonos flácidos que se caían… Tanto es así que alguno de los participantes optó por actuar sin micrófono.
Algunos artistas venían propuestos por una peña en concreto. Fue el caso de Nuria Castillo y su grupo, llegados de la Asociación Cultural Flamenca San Marcos de Montejícar, que, con voz dulce y modulada, interpretó una zambra caracolera. El baile no estaba a la altura. Por la peña Yerbabuena de Ogíjares, Mª Ángeles Pérez, con ‘El Puchero’ a la guitarra, cantó una milonga con poco fundamento. Judith Urbano, de la misma tierra de Monachil, que sirve de sede al evento, nos dejó unas alegrías, con un afinado (y afilado) Ramón del Paso a la sonanta. Ogíjares también propuso al veterano Antonio García, que recreó la malagueña de Chacón de manera poco ortodoxa y los fandangos del Albaicín más libres aún.
Con el baile de Javier Martos, la noche pasó a tener entidad. Con un suelo algo resbaladizo y ausente de sonorización, bailó una soleá por bulerías con conocimiento y coraje. Miguel Barroso, traído por ‘Solera y Caña’ de Maracena, nos llenó la boca de sabor con una auténtica granaína y media. Juan Fernández a la guitarra. Si en el cante había altibajos, todos los guitarristas fueron de excepción. Desde Salobreña, los hermanos Fajardo, nos brindaron una soleá. Álvaro Rodríguez y Ramón del paso, atraídos pos ‘La Parra’ de Huétor Vega, prescindieron de los micrófonos para, entre otras cosas debido a esto, ofrecernos lo mejor de la noche, que vino en forma de seguiriyas. Propuesto por la peña albaicinera, Manuel Palma ‘El Zahoreño’, nos hizo una soleá a media voz, que, según Caracol, es como duele el cante.
Para terminar, Juan Pinilla, desde la peña de su mismo nombre, en Huétor Tajar, y directivo de La Platería, con Julio Zafra a la guitarra, escoró a levante, para brindarnos cartagenera, levantica y taranta de Linares. El fin de fiestas reunió a todos los artistas por bulerías.
* Varios aficionados en ’La Parra’ de Huétor Vega.
0 comentarios