Dejemos descansar a Lorca
Ballet Flamenco de Andalucía
Poema del Cante Jondo en el Café de Chinitas
No quiero pensar que Lorca esté agotado, y mucho menos agostado. Federico es un creador en general, un poeta en particular, de una altura inestimable. Pero, como al terreno de labranza, quizá haya que dejarlo un tiempo en barbecho. Lo que en lenguaje artístico quiere decir que, posiblemente, necesite otras lecturas para que no suene a tópico, para que no sea más de lo mismo, para que no se asfixie de tanto apretar los mismos ceñidores que desde hace algún tiempo lo comprimen.
De nuevo el poeta universal, de nuevo el Genaralife, de nuevo Cristina Hoyos al frente del Ballet Flamenco de Andalucía, de nuevo un mes de espectáculo. ¿Demasiadas coincidencias o imposiciones desde instituciones lejanas? Desde 2002 viene funcionando esta propuesta de “Lorca y Granada”. Desde hace varios años vemos que este formato está caduco. ¿Pero cómo?, si funciona año tras año, si el teatro se llena cada jornada, si el día del estreno había ya 23.000 entradas vendidas. ¿Un éxito? Los “Coros y Danzas”, en su época, también fueron un éxito. Falta reflexión. Falta crítica. ¿Tenemos buena boca? ¿Comemos lo que nos echen? Lope de Vega decía, cito de memoria, “Puesto que lo paga el vulgo, menester es hablarle necio para darle gusto”.
En general el “Poema del Cante Jondo en el Café de Chinitas”, que es lo que nos ocupa, es una obra que resulta por su grandiosidad, por su derroche de medios, por su colorido, por su alegre puesta en escena... En otro ámbito no tendría apenas objeciones, pero la obra exclusiva que esperamos año tras año para rememorar un nombre y su cuna, la obra líder en presupuesto y temporalidad, la obra más vista con diferencia, quizá en toda Andalucía, la obra creada con un futuro bien definido, me temo que no es ésta.
Reconocemos buenos momentos sin embargo, como el general tratamiento musical de Pedro Sierra, la personalidad y buen gusto de los cantaores y de los guitarristas, los montajes de “Los Cuatro Muleros” con sus bailaores, el “Poema de la Saeta” y su exclusividad bailada, la entrega de la “Baladilla” por cantiñas... Pero, en conjunto, el espectáculo fue aburrido. Un pastiche lleno de tópicos muy bien costeado.
El malagueño Café de Chinitas, ya desaparecido, en que Lorca cantaba sus canciones, sirve de excusa para presentarnos el poemario compilado por el poeta. Catorce momentos musicales conforman la función, algunos inspirados, otros sin sentido, la mayoría precipitados. Catorce momentos que se desglosan alargando inexplicablemente una muestra que requiere concentración e intensidad. El final, interminable, es demasiado efectista y falto de enjundia.
La familia de Federico no quiere desenterrar sus restos. Yo creo que lo que no debemos exhumar es su memoria para que choque con los muros del cansancio. Dejemos cabalgar libres sus poemas. Dejemos descansar a Lorca.
6 comentarios
volandovengo -
Kpicúa -
Y ahora toca ¿para cuándo esa cerveza? Te prometo sacar hueco muy prontito...Beso
volandovengo -
Kpicúa -
Ya estoy de vuelta... a Granada, al trabajo y a Lorca, claro. Perdona que comente esta entrada tan tarde, pero hace muy poquito que fui a ver el espectáculo con mi madre y quería comentarte que, pese a estar de acuerdo con tu crítica en muchos aspectos, en general nos gustó. Pero claro, es un flamenco algo descafeinado y envuelto en esos otros aromas deslumbrantes (vestuario, escenografía) para atraer al gran público, que difícilmente aguantaría dos horas de un flamenco más puro. El caso es que yo no sabía si sería una propuesta muy dura para mi madre, pero a ella le encantó y hasta la escuché hacer palmas. Y es que a veces -y sobre todo en noches de mcuho calor- no está tan mal que te pongan fácil el aplauso...
volandovengo -
encarna -