Las suaves caricias de Olga Pericet
Los veranos del Corral. XI Muestra Andaluza de Flamenco
Si Olga Pericet no te enamora al principio, te enamora al final. Una farruca es su primera propuesta, que lanza vestida de plata. Siendo un baile masculino, de reconocidos signos quebrados y largas zancadas, Olga lo redondea, lo lleva a su terreno y lo pinta pastel. Desde la misma entrada, ya nos seduce. Con rictus circunspecto, se concentra en unos pasos de marcada perfección. Cuando sonríe gana varios enteros. Siendo la música determinada y determinante, esta bailaora cordobesa, necesita un cuadro de más peso, sin desmerecer a nadie. Son notables las guitarras de Arcadio Marín y de Antonia Jiménez. Acuérdense de los tanguillos de esta última en el primer interludio. El cantaor José Anillo tiene momentos mejores que otros. Algo mejor se desprende de la voz de Mercedes Cortés. Quizá la fiabilidad de una buena sonorización limara algunas asperezas.
Las seguiriyas son reconociblemente morentianas en sus principios. Olga es rotunda y sensual. Su fuerza controlada hace pensar en niveles inalcanzables. La delicadeza de sus brazos y el movimiento continuo de un cuerpo elástico, le restan dramatismo a la pieza.
Por tangos, más efectistas que efectivos, los músicos mantienen el ambiente hasta el cierre de la joven bailaora, que viene en forma de alegrías. No dudo en afirmar que las cantiñas se han convertido en el buque insignia de la cordobesa, si algo se puede entresacar de lo sobresaliente. Con vestido de cola blanco, de envidiable manejo, pasea su sonrisa por el escenario. Se regodea en el cante. Eterniza su cuerpo al tiempo que lo desboca en un alarde de felicidad compartida. El patio de butacas vibra con razón y le premia con el más sonoro aplauso de los días que llevamos de flamenco en el Corral. Desde el escenario se agradece el reconocimiento con amplio saludo y un añadido por fiesta fuera de programa, en el que dan su pataílla Ana Romero, que hasta ahora sólo marcaba el compás, un simpático José Anillo y la misma Olga, visiblemente emocionada.
2 comentarios
volandovengo -
Los que escribimos sobre flamenco, deberíamos tener una especie de patente de corso para viajar y ver con todas las facilidades.
Alfonso Eduardo -
Por cierto: Hoy cantan juntos "mano a mano" en Lebrija nada menos que Juan y Enrique..."Y era un día señalaito de Santiago y Sant'Ana....", Creo que es la primera vez en la Historia los dos "Príncipes sabios de tantos años..."
La bella amistad y admiración mutua...¿no?