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La Casa de los Tiros hace agua

La Casa de los Tiros hace agua

La Guitarra en Otoño

El flamenco es un arte participativo. Aparte de los músicos habituales, en el ritual de la manifestación flamenca intervienen los oyentes con sus oles y jaleos, según el caso. Así, se crea toda una atmósfera rica en expresiones y en complicidad, inigualable en otras musicas. Siendo un patrimonio vivo, estos vítores van cambiando, se enriquecen o caen en desuso. Se dice, sobre todo de una guitarra, que es agua, cuando suena con determinada limpieza, con pulcritud tan cristalina que se asemeja a un manantial.

El jueves, en Casa de los Tiros, durante la segunda entrega del ciclo “La Guitarra en Otoño”, pudimos ver y escuchar tres guitarras que son agua. Los flamencos Alfredo Mesa y Ramón del Paso, cada uno a su estilo, y el clásico Karim dieron un recital de gran altura. El maracenero Alfredo Mesa, alumno de Miguel Ochando, apostó por la interpretación, remedando el toque, a veces circense, de Rafael Riqueni. Del maestro sevillano escogió una rondeña, una seguiriya y un garrotín. Karim es un concertista motrileño de 23 años. Su manejo de la guitarra y su sensibilidad son asombrosos. Para su debut entre flamencos, glosó “Asturias” de Isaac Albéniz y el “Adagio del Concierto de Aranjuez” de Joaquín Rodrigo, dos piezas interpretadas en su momento por Paco de Lucía. Karim terminó acercándose al compositor contemporáneo Roland Dyens. De este maestro tunecino, seleccionó los allegros “Tango en Skay” y “Fuoco”, dos temas para los que se requiere dominio y habilidad. El público, acostumbrado al flamenco, lanzó más de un ole a una música tan refinada.

Ramón del Paso, último intérprete de la velada, fue más tradicional en su elección. Su toque, limpio como el de los demás, está impregnado de notable mesura y sentido del ritmo. Natural de Huétor Vega, Ramón se recreó en una soleá, una granaína y unos tangos de Granada. Todo de factura propia. Para los tangos, realmente personales, confesó que “son un poquillo raros, le he metido unas cosillas…”.

Para terminar, los tres guitarristas en común, hicieron unas bulerías que levantaron al público en su totalidad.

Como anécdota, podemos decir que, entre los comentarios guitarrísticos en bastidores, surgió la coincidencia de que las tres guitarras estaban hechas en los talleres de los hermanos Marín.

* Ramón del Paso, en la foto, acompañando a María José Pérez (de la web de esta última).

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