Siempre que bailo intento cantar con el cuerpo
Entrevista a Eva Yerbabuena
Con motivo de la presentación en Granada del último espectáculo de Eva Yerbabuena, Lluvia, el próximo 31 de octubre en el Palacio de Congresos (no faltéis), publico esta entrevista que le hice a la bailaora hace algún tiempo y, por circunstancias adversas quedó inédita.
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La agenda de Eva siempre está apretada. Tanto, que en persona es difícil hablar con ella. Nos dedica unos minutos, pero siempre da la impresión de que su cabeza se encuentra en otro sitio. Así que tuvimos que contactar con ella por teléfono. Eva se desplazaba en el Ave de Sevilla a Madrid, así que no podría ir muy lejos dentro del vagón. Pero el tren es rápido y, cuando nos dimos cuenta, ya estaba en Atocha. De manera que, de mil preguntas que corrían por nuestra cabeza, tuvimos que limitar la entrevista.
Naciste en Frankfur, aunque te criaste en Granada, entre los Ogíjares y Armilla. Ahora vives en Sevilla. Todo el año estás viajando. ¿Qué te queda de granadina?
Yo estuve hasta los ocho años en los Ogíjares. Después me trasladé a Armilla. Mi padre es de Armilla y mis abuelos vivían allí. De granadina me queda el alma. Eso es algo que siempre va contigo. Aunque no puedas vivir día a día, hay cosas que llevas contigo y no olvidas. A veces necesitas coger el cochecito e irte directamente para Granada y, aunque sean unas pocas de horas, ya con eso basta.
¿Vienes muy a menudo?
Sí, voy muy a menudo. Cada vez que puedo. Aparte, mi espíritu está lleno de Granada.
Llevas 7 espectáculos con tu compañía. ¿Por qué no todos han pasado por Granada?
Hay veces que me gustaría estar ahí. Que vieseis toda la evolución desde que uno empieza hasta que uno termina, pero unas veces no depende de mí y otras no depende de los que quieren que esté. A veces el espacio al que te han invitado es un espacio al aire libre y hay espectáculos que no se pueden realizar al aire libre, y otras veces te piden un espectáculo concreto, el que estés trabajando en ese momento. Pero mi intención es llevarlo todo a Granada.
¿Traerás Lluvia? [Cuando evidentemente no se sabía nada]
A mí me encantaría.
¿Por qué prefieres trabajar con hombres?
Bueno. Pues no lo sé. Quizá, como yo siempre digo, haya una parte de mí que también forme parte de lo masculino. Otras veces, puede que te sientas más femenina, que necesites estar más protegida. No lo sé. A mí me encanta trabajar con hombres.
¿Por qué son más fáciles de manejar?
[Risas] No, no creo. Tampoco se trata de eso. Tú sabes que mujeres guitarristas hay pocas y, además, tengo a mi marido, a Paco Jarana. Y me gustan las voces de hombres. No es que no me gusten las de mujeres, que me encantan
Te gustaría haber sido cantaora, por eso cuidas tanto el cante. ¿Es necesario sentir el cante para bailar?
A mí me gustaría ser cantaora. Siempre que bailo intento cantar con el cuerpo. Es algo que me gusta y realmente es lo que uno refleja.
El armazón musical también es imprescindible. ¿Qué le debes a Paco Jarana? ¿Qué tanto por ciento de Eva Yerbabuena es Paco Jarana?
Hay un porcentaje que es difícil de medirlo artísticamente. Cuando miramos un espectáculo, y no pensamos que el compositor es pareja de la coreógrafa, sabemos que la música es un cincuenta por ciento de un espectáculo. La música, la coreografía, la luz… todo es importante. Lo que pasa es que, al ser pareja, hay como más inquietud, en saber cómo, de qué manera… e incluso a la hora de medir el porcentaje, que es algo que nosotros nunca hacemos. Simplemente yo tengo una idea, una inquietud, y se la cuento a Paco. Y él me ayuda a ponerla en escena a través de la música.
¿Qué le debes a la improvisación, a la casualidad?
Las casualidades casi no existen. Las cosas que tienen que pasar, tienen que pasar. Yo le debo a todo aquello que hace que pueda compartir en un escenario. Y, además, es mi vida. Es todo aquello que me inquieta, que me preocupa, que me divierte. Todo aquello que hace sentirme viva. Hay momentos que te dejas llevar. Y que te gusta hacerlo. Dejarme llevar por la música, el cante, el momento, la situación. Habrá días que me gusta lo que ha surgido y días que no. Ése es el riesgo.
El otro día, hablando con Paco Moyano sobre Lluvia, me dio una definición enigmática. Me dijo que no había sufrido con la obra, que no era nada angustiosa.
[Interrumpiéndome antes de lanzar la pregunta] Como dijo Einstein: “de la angustia nace la creación”.
¿Crees que has entrado a otra fase? ¿Crees que has madurado artísticamente?
Indiscutiblemente. Diez años de trayectoria te hace madurar por narices. Bueno, hay gente que llevan toda la vida y no madura. Yo creo que sí. Lo dije en su momento, cuando cumplimos diez años, que había una etapa que se cerraba y otra que empezaba. Y en Lluvia, está reflejado.
Has conquistado el mundo con la soleá. Siempre te la piden. En una ocasión intentaste dejar de hacerla (El huso de la memoria) para que no te encasillaran. En este último montaje has vuelto a ella. Aunque no lo quieras ¿Eva es soleá?
Yo le tengo mucho que agradecer a la soleá. Sí siempre la he hecho. Lo que pasa es que en El huso de la memoria y en Santo y seña hago una soleá diferente, una forma diferente de trasmitir, de moverme a través de la soleá. Es un baile al que le debo mucho. Te identifica. Dices soleá y la gente tiene a Eva en la cabeza. Es una forma de definirte, de que la gente te relacione con ella. Yo me siento agustísimo. Pero luego piensas que el flamenco no es solamente una soleá. Hay tarantas, hay alegrías, hay tangos… Entonces no me molesta. Cuando haces un espectáculo no solamente hay una soleá. Hay muchísimas cosas, a nivel coreográfico, a nivel de luces… lo que es el concepto de un espectáculo. Así, de alguna manera, te da pena de que al final la gente se haya quedado nada más con eso. Aunque, a lo mejor, es lo que más les llena y acaban hablando de eso. Pero no es que me moleste. Al contrario.
Eres empresaria, productora, guionista, coreógrafa, bailaora. ¿No te fías de los demás?
Como fiarme sí. No de todo el mundo. Pero sí que me fío. Aunque más me fijo. No de mucha gente me fío, pero fijarme, de todo el mundo. Nadie mejor que uno sabe lo que quiere y lo que necesita. Creo que es la mejor manera de encontrar. A veces te cuesta mucho contarle a los demás…E incluso es imposible que lleguen a imaginarse… O que se confundan… O que tú misma los confundas a la hora de explicar que es lo que quieres y lo que necesitas. Aparte que es algo que por mi situación y mis vivencias he tenido que hacer antes casi inconscientemente. Así que forma parte casi de la costumbre.
Para ser la mejor… Bueno, una de las mejores bailaoras de flamenco [para no ser categórico], que de ti han salido muchas chicas y chicos, no tienes seguidores-imitadores como el resto de los flamencos, quizá con menos nombre. El estilo de Eva no lo tiene nadie. ¿A que es debido?
Yo procuro a la hora de enseñar, que es lo que más me importa, precisamente hacerles ver que no se debe imitar a nadie. Y eso es algo, que si es así, me alegra, que se lo hayan tomado tan en serio. Lo peor es imitar. Cada uno tiene que ser uno mismo.
Te voy a referir algunos nombres para que me digas qué te sugieren. Si yo te digo Francisco Manuel Díaz.
Uff. Compañero. Padrino de nombre artístico. Compañero de comienzo. Un gran amigo. Conoce mi carrera de pe a pa. Forma parte de mi vida, de mi trayectoria y mi carrera.
Paco Moyano.
Bueno, pues Paco y Lola (su mujer) han sido como mis padres artísticos, de alguna manera, a través de FMD, que nos presentó en Granada. Con ellos partí por primera vez a Sevilla donde después me quedé. Los quiero muchísimo, les tengo mucho cariño y me han enseñado artísticamente y a nivel personal.
Mariquilla.
María Guardia formó, en su momento, durante dos años y pico parte de mi enseñanza, como maestra. Con la que tuve la oportunidad, aparte de dar clase con ella, de impartir clases, que eso también es muy importante.
Estuvimos en la inauguración de la Peña Yerbabuena de los Ogíjares. ¿Qué relación mantienes con ella?
Muy buena. La tengo al lado de casa. Cada vez que puedo voy a visitarla. Muy bien. Yo creo que me conocen todos desde pequeña. Hay un cariño muy grande. Y la labor, que siempre agradeceré, y el empeño que han puesto.
¿Te sientes querida en tu tierra?
Sí. Como dice mi amigo Paco Moyano, yo sólo sé que hay gente que me quiere y gente que no me quiere. Eso nos pasa a todos.
¿Percibes que eres embajadora de Granada?
Nunca me planteo si soy embajadora o no. Simplemente, fuera de Granada, me encanta cuando voy a cualquier sitio a trabajar y a comunicarme con la gente y compartir este arte nuestro, la verdad, me halaga muchísimo cuando dicen “eres de Granada”, pues sí soy de Granada. Y lo dices con ese orgullo… Eso es lo que yo me siento. Yo me siento, más que embajadora, granaína.
2 comentarios
volandovengo -
Raúl -