Blogia
volandovengo

Filologías

Filologías

Ya sé cómo ladra un perro enfermo en icolodógico, el idioma de mi niño. Si mi grafía es la correcta, cosa que dudo, un perro enfermo en icolodógico ladraría algo así: ¡zapf, zapf, zapf!

La cosa fue de esta manera. Volvíamos Juan y yo del colegio hablando de mil cosas, con las que aprendo continuamente, cuando me recuerda su idioma (ya hace bastante meses que se inventa palabras y expresiones bajo el nominativo icolodógico). Suelta alguna palabra esporádica o se pone a contar: uno, dos y tres (que no recuerdo cómo pronuncia).

En esto, pasamos por casas que apresan, entre rejas, a canes envalentonados de diferente aspecto, tamaño y color. Él le pregunta su nombre en inglés (Which is your name?), (las actividades extraescolares están dando sus frutos), (ya mismo les hace una llave de judo, que también aprende, de cinco a seis).

Le digo que los perros no entienden idiomas. Acto seguido, para cambiar o seguir con el mismo tema, le pregunto cómo ladra un perro en icolodógico.

Zapf, me dice sin pensar, como si lo tuviera estudiado o fuera una traslación simultánea.

¿Zapf?, interrogo extrañado.

Pero me saca de dudas diciendo que así ladra un ’perro enfermo en icolodógico’. Ignoro cómo ladrán los sanos. (Tampoco se lo pregunté, para evitar el ruido informativo.)

Juan empezó con el icolodógico sin saber leer ni escribir. De aquí a Navidad sabrá leer perfectamente y escribir medio en condiciones (me seguirá sorprendiendo, nos seguirá sorprendiendo). Para entonces, puede que su idioma sufra un retroceso o un principio de olvido, por imposición de la lengua natal.

No importa. Los días son así. Nada se pierde, todo se trasforma, se sustituye o evoluciona.

Empero, adelantándome a un futuro, que llega con botas de siete leguas, grabo algunas de sus cosas. Además, quiero hacerle una entrevista sobre su idioma. Que me hable, que me diga, que improvise.

De momento, apunto algunas palabras en un archivo específico para tener alguna referencia dentro de los años. Por ejemplo, Muzi galagari significa ’muchas gracias’; saraca baratatá, ’libros bonitos’; o subiraca, ’cataratas del oeste’.

¡Casi nada! Es bonito y sonoro, aunque mañana, esas mismas frases, se digan de otra forma.

5 comentarios

volandovengo -

Mario, como es un idioma cambiaante y, por ahora, sin reglas, no veo muchas posibilidades de aprenderlo. Pero tiempo al tiempo.
B, le preguntaré por su nombre.
Ayer mismo, en vez de decirme 'icolodógico', me dijo 'como se dice en 'Icolodogia'. O sea que tenems todo un país por descubrir.

B -

¿Cómo se dice Juan en icodológico?

Mario -

Qué buen idioma el icolodógico. Yo quiero aprender.

volandovengo -

B, su respuesta es inmediata, aunque después lo repite más meditado y suele cambiar algún sonido, sobre todo si le pides de repente que lo repita. Puede repetirlo dos, tres o más veces hasta que le suene bien o, el que lo escucha, lo haya asimilado.

B -

Está claro que Juan es un niño muy inteligente, debes pasar muy buenos ratos con él. Una pregunta (aunque creo que conozco la respuesta): ¿cuánto tarda en responder cuando le preguntas cómo se dice algo en icodológico?