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Flamenco, punto de encuentro entre payos y gitanos

Flamenco, punto de encuentro entre payos y gitanos

Día de los Gitanos Andaluces

Hoy, 22 de noviembre, se celebra la llegada de los gitanos a Andalucía, hace 547 años. El viernes se festejó este aniversario de la mejor manera posible. Un recital de flamenco, cargado de arte calé, tuvo lugar en el Centro Internacional de Estudios Gitanos La Chumbera. Paqui Fernández, directora del Centro Sociocultural Gitano Andaluz, después de los agradecimientos pertinentes, quiso dedicar este día al granadino José Heredia Maya, poeta, dramaturgo y ensayista de este pueblo, y reconoció el festival como un espacio de convivencia entre payos y gitanos.

La primera parte estuvo cuajada de sentimiento y emoción. Una representación de la veteranía sacromontana, recordó al maestro cantando sus poemas y acercándose a su obra exclusiva. Así, algunas pinceladas de “Camelamos naquerar” (“Queremos hablar”, 1976), “Macama Jonda” (1983) o “Un gitano de ley” (1997), desfilaron a través de sus voces de fragua. Planteada como una obra coral, tres cantaores: ‘Nene de Santa Fe’, Jaime Heredia ‘El Parrón’ y Amaro Carmona; y las guitarras de Paco Cortés, Rafael ‘Habichuela’ y Pepe ‘El de los Peines’, fueron alternándose o solapándose en las soleares, entre romances, o en los abandolaos. ‘Nene de Santa Fe’ abordó en solitario un mirabrás y Luis Heredia ‘El Polaco’, que se les unió en ese momento, unos tangos enriquecidos con los coros polifónicos de los demás cantaores. La última sorpresa de estos inicios fue la presencia de Carmen Carmona y de ‘La Nitra’, uno de los mejores metales del último flamenco, haciendo al alimón unas bulerías. El testigo pasó a los hombres, que cantaron también bulerías. Para despedirse, todos juntos cantaron “Hermanos”, que se puede convertir en todo un himno gitano.

La segunda parte la ocupó el baile de raíz de Antonio Fernández Montoya, ‘Farru’, nieto de ‘Farruco’ y hermano de ‘Farruquito’, presente en el escenario, haciéndole compás y jaleos. Con un cuadro de excepción, el bailaor sevillano entró por seguiriyas, concentradas y briosas. Los músicos en solitario hicieron bulerías con soleá. Las guitarras se acercaron a Paco de Lucía. Incluso, en su final, remedaron el duelo que se hacía el maestro de Algeciras con Al Di Meola y John Mc Laughlin. Para terminar, ‘Farru’ bailo una soleá donde puso todo su genio, siguiendo la estela familiar de fuerza, hombría y elegancia. Aunque levante pasiones incontroladas, este joven bailaor no alcanza la grandeza y el arte de sus mayores.

Unas pataíllas por bulerías de dos de los miembros más jóvenes de la familia, dieron a entender que la saga continúa, que la esencia y la sombra del abuelo ‘Farruco’ no se pierde.

* 'El Farru' en la foto (© flamenco-world).com

4 comentarios

Lara -

Hablaba una menda del flamenco como (exactamente, Jorge) modo de vida que apreciar, valorar y, claro está, compartir, sin más. Evito los juicios morales.

¡Saludos!

volandovengo -

El flamenco es un lenguaje y un estilo de vida que compartimos. Sin mucha dificultad nos comprendemos y la queja es la queja y la fiesta es la fiesta. Aunque aún se vean reacciones exclusivas, un cantaor que no quiere a tal tocaor por ser payo, o viceversa, por lo general existe una gran complicidad.

Rigoletto -

Lo malo: no hace falta este tipo de acercamiento a través del flamenco, sino un acercamiento a través de la persona. Es como aceptar a Camarón por su música, pero no al resto de los gitanos; o a Michael Jackson por sus cosas, pero despreciar al resto de los negros, mros, rumanos...
Con todo, si el flamenco consigue algo, se junta un magnífico pretexto huamno y una música que te llega hasta lo más dentro de las tripas.
Un saludo,
Rigoletto

Lara Cano -

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¡Ole y ole!