Mis dolores
El otro día B se quejaba de sus dolencias como si fueran lo peor. Recordaba a mi madre cuando decía que sus dolores para sí eran los peores porque le dolían a ella, que cada uno se quejara de lo suyo como lo que más. Sin saberlo, mi madre comulgaba con el microcosmos de Pessoa cuando escribía:
El Tajo es más bello que el río que corre por mi aldea,
pero el Tajo no es más bello que el río que corre por mi aldea
porque el Tajo no es el río que corre por mi aldea.
Guardando lógicas distancias, siempre que aludo a esos versos del maestro lisboeta, recuerdo también estos otros de Ernesto Cardenal:
Si tú estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie más;
y si no estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie.
Todos estamos mal, física o espiritualmente, económica o socialmente. O bien. O todo lo contrario. Pero, si se trata de gradaciones, siempre hay mucha gente peor que nosotros, en todos lo sentidos. Que es como decir que siempre hay alguien por debajo, impidiéndonos que toquemos el fondo.
Con este tema, siempre me digo que el hombre feliz no tenía camisa y que Diógenes, ante el ofrecimiento del gran Alejandro Magno (consciente la redundancia), le pidió simplemente que se apartara, que no le tapara el sol.
* Según Plutarco, cuando el monarca le dijo: «Soy Alejandro, el rey», Diógenes le contestó: «Y yo soy Diógenes, el Cínico». «¿Puedo hacer algo por ti?», le preguntó Alejandro, y el filósofo respondió: «Sí, puedes hacerme la merced de marcharte, porque con tu sombra me estás quitando el sol». Más tarde el rey diría a sus amigos: «Si no fuese Alejandro, quisiera ser Diógenes».
2 comentarios
volandovengo -
Espero que encuentres algo interesante en el blog.
Anabel Perujo -
Mi web es www.pek-art.com y el myspace de Patri es http://www.myspace.com/patricialazaro1
espero que vaya todo bien
un saludo