Presente, pasado y futuro de las seis cuerdas
Flamenco Viene del Sur
Miguel Ángel Cortés es el único guitarrista que aparece en el programa Flamenco Viene del Sur; y, aunque afincado en Sevilla desde hace casi una década, es el único representante granadino en este ciclo, no sólo en Granada, sino en toda Andalucía (lo cual supone un gran despropósito para con nuestra ciudad y nuestros flamencos).
Aunque no por eso era casi obligatorio ir a verlo, a escucharlo. El lleno absoluto y el calor que se le brindó fue por su buen hacer en la guitarra, su coherente trayectoria, su clara creatividad tras una buena base de tradición y, en definitiva, para tomar el pulso a sus nuevas propuestas, aún más habiéndole visto algo perdido en alguna de sus últimas actuaciones.
No sorprendió, no obstante. La presencia, la figura, la madurez y el oficio estaban asegurados. Con un dominio excelente y un buen arropamiento fue desarrollándose una velada eminentemente festera. La única concesión a la jondura fue una bella seguiriya interpretada en solitario en el ecuador de la función. Quizá también un guiño a la soleá o a la granaína que rápidamente se crecen por bulerías.
Por lo demás, demasiada fiesta que, lejos de diluirse en simplicidades, sembró la noche de color y de riqueza en falsetas y escalas, en la que no sólo destaca la velocidad rítmica y el soniquete de la mano derecha, sino también la independencia circense de la siniestra.
Para acompasarse se apoya en el cajón cada vez más sabio de José Carrasco, el cual demuestra su autoridad y precisión en un exclusivo solo. Dos palmeros de excepción, Bobote y Torombo, a veces innecesarios, refuerzan el compás. Y tres cantaoras, Raquel Enamorado, Noelia Miralles y Macarena de la Torre, como un instrumento más al servicio de la sonanta, dimensional sin igual las entregas por tangos y por alegrías, que vienen de dos en dos, aunque con distinto tratamiento.
Las alegrías tienen la sal que Miguel Ángel ha sabido adquirir asentado en Andalucía la baja; los tangos tienen el aire incomparable que supo aprender y aprehender en la noche sacromontana.
Para el fin de fiestas tiene un “detalle”, su niño Cayetano, de apenas tres años, sube al escenario y, con una guitarra adaptada, acompaña con verdadero sentido a su padre por tangos, mientras el resto del cuadro, entusiasmado, le hace compás alrededor.
6 comentarios
volandovengo -
Murielle -
volandovengo -
Murielle -
Y enhorabuena por tu blog que permite seguir el flamenco en Granada, aun sean anonimos los articulos y quisiera saber quien los escribe.
volandovengo -
Murielle -