Fantasmas
No hace mucho tiempo, para descansar un poquito de los seis años de mi incombustible hijo, le dejé el móvil para que se entretuviera en hacer algunas instantáneas, en las que, entre otras cosas podría ver su creatividad.
Poco rato, a mi pesar, le duró el entretenimiento. A los diez minutos a lo sumo me devolvió el teléfono después de haber hecho más de treinta fotos (la mitad de ellas irreconocibles).
Al interrogarle sobre su obra, dijo que eran fantasmas, que los había descubierto moviéndose rápido de un lado a otro con la cámara en la mano.
Me lo demostró in situ, girando a derecha e izquierda y apuntándome con el objetivo.
Parte del resultado lo tenéis aquí encima, en donde me reconozco como fantasma en un par de retratos.
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