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Los retratos que hablan

Los retratos que hablan

Expresión y sentimiento. “Flamenco en La Platería”

Exposición fotográfica de de Antonio Idígoras

Pocito de nieve / en un manantial había / mientras más profundo el pozo / más clara el agua salía. A cada retrato lo acompaña una letrilla que en líneas generales puede defenir el momento del personaje. Así, esta soleá apolá se asocia a la foto de Carmen Linares, que muy bien podría estar cantándola.

Orillado en el retrato de Arcángel se leen unos fandangos de Huelva y bajo Calixto Sánchez unos tientos y serán tangos de Graná los que escoltan a Curro Albayzín y tarantas a Juan Pinilla. De esta forma, el etcétera continúa hasta veinticinco, veinticinco actores en primer plano, veinticinco figuras en acción, veinticinco flamencos en plena entrega en su recital, tan cercano como divino, en el templo de La Platería.

Otras instantáneas había de los expuestos y de otros cientos de personajes que han quedado fuera, reconoce Idígoras, pero ha querido seleccionar lo “más auténtico”. No busca la belleza, ni siquiera la calidad formal, sino el sentimiento, ese momento de éxtasis congelado que trasciende el plano de la naturalidad.

Los retratados aprietan los dientes o tuercen la boca, cierran los ojos y comen con la mirada, estiran la cara o la engurruñen como una pasa, para decirnos que hay algo más que lo que vemos, que el cuadro que nos mira es cuerpo pero también es alma.

Antonio Idígoras (1943), maestro de profesión y músico por amor, lleva como aficionado al flamenco más de quince años retratando con pasión a todos los artistas que pasan por el escenario de La Platería, peña de la que es socio. Hermano de Tere ‘La Cabrera’ y cuñado de Curro Albayzín, lleva el flamenco por bandera y aportando lo mejor de su objetivo a la peña que nos da cobijo todos los sábados para ver a lo más granado del panorama flamenco.

Nunca se le pasó por la cabeza que pudiera exponer. Sus fotos son tan privadas como su humildad. Los amigos, en cambio, viendo la fuerza y la profundidad de su trabajo, le animaron a mostrarlo al público. Mariano Sánchez Pantoja le brindó el local.

Resultado: coincidiendo con la primera de las actuaciones de Flamenco Viene del Sur, se inaugura la puesta de largo de los retratos de Antonio que quedarán expuestos en el Teatro Alhambra hasta el mes de junio.

Curro Andrés, Aurora Vargas, La Moneta, Pansequito, Miguel Ángel Cortés, Toñi Fernández, Sergio Gómez, Iván Centenillo, Juan Andrés Maya, Ana Mochón… son otros de los flamencos retratados.

“He querido captar con mi cámara la expresión del sentimiento que nace cuando el intérprete nos ponen los vellos de punta, con el toque, el cante o el baile”, dice el fotógrafo en su carta de presentación. Y es verdad que los retratos hablan, laten, su viveza los anima y son reconocibles. Cada personaje es inconfundible en su desgarro. La foto, como juez definitivo, le hace una contundente justicia.

Y esto se logra tan sólo con la mirada atenta y con el espíritu flamenco del mejor aficionado que no es nada menos que el profesional Antonio Idígoras Arroyo.

* Alba Heredia© en la foto seleccionada.

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