Al compás de la poesía I
FEX. Extensión del Festival Internacional de Música y Danza de Granada
Ver un recital desde dentro es distinto. Aunque ya he presentado varios festivales, he saltado a los escenarios y he andado entre bambalinas, coordinar estas actuaciones es otra cosa.
Por los que no están familiarizados con las muestras de flamenco y poesía que tenemos entre manos, lo mejor es empezar desde el principio, aunque me alargue un poco (siempre está el spam).
Desde el FEX, que es la extensión gratuita y popular del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, nos propusieron hacer algo nuevo a la Asociación del Diente de Oro, ya que llevábamos varios años aportando la visión poética en nuestras plazas.
No sé de quién partió la idea de mezclar la poesía con el flamenco. La cuestión es que me tocó a mí, como navegante en ambos mares, organizar los encuentros. Los poetas, acostumbrados a estas lides, vinieron solos. Los flamencos hubo que buscarlos y convencerlos, aunque rápidamente hicieron el proyecto suyo.
La dicotomía de poeta-flamenco, o sea, poema-cante, no llegó a convencerme, pues el flamenco es tan ancho que caben muchas más opciones y sus afluentes. Así que planteamos varias posibilidades: el poema cantado sin más, el poema recitado y después cantado, el poema recitado con un fondo de guitarra o de baile…
Recogí los versos y los fui sembrando en la acostumbrada tierra de los flamencos. Había de todo. Estaba quien mandó directamente letras flamencas en forma de soleá o fandangos, estaba quien mandó canción rimada, pero hubo también el que envió verso libre. Todo se distribuyó de la mejor manera posible y se les dio plena libertad para elegir los cantes, fragmentar el poema, combinar poetas, añadirle letras populares, etc. Los artistas supieron ver el fruto maduro de antemano, y así lo demostraron ayer, y así nos sorprendieron a todos.
Al estar pendiente de veinte cosas, yo que pierdo neuronas a puñados, hubo cosas que se me escaparon. Pero es de ley hacer un repaso por lo que aconteció el lunes en la Huerta de San Vicente (con el espíritu de García Lorca girando en la anochecida), agradeciendo a todos los participantes su entrega y profesionalidad. Siento no recordar todos los palos, así que no mencionaré ninguno (quizá lo haga más adelante).
Después de unas palabras, breves, inseguras y a vuelapluma, de un servidor, abrió la noche Fernando Barros cantando poemas de Pedro Enríquez, con la guitarra de Jonathan Morillas. Después cantó Sara ‘La Samarona’, arropada por Miguel Ángel Corral y Cecilio recitando sus propios textos que después fueron cantados. Pedro Enríquez recitó con un fondo de guitarra (Rafa Hoces) y de violín (Ana María Gorbe), venidos de Valencia casi para la ocasión.
Juan Pinilla, con Josele de la Rosa a la guitarra, musicaron poemas de Miguel Ángel Arcas y de Álvaro Salvador, antes de que fuera invitado Javier Bozalongo para recitar su poema para después ser cantado. Juan, a petición del público (y para esperar a la próxima cantaora, que llegaba tarde), hizo una media granaína. Alicia Morales, como digo, por motivos de trabajo, llegó como Julio César (vini, vidi, vinci). Corriendo se cambió y subió al escenario. Acompañada por el mismo Josele a la guitarra, interpretó poemas de José Carlos Rosales y de Jorge Fernández Bustos, o sea, yo mismo.
Para finalizar, como broche de lujo, Victoria López bailó mientras recitaba Juan Carlos Friebe su propio texto, cargado de silencios y sugerencias. En los momentos oportunos Rosa Zárate, Sensi de Carlos y Sara ‘La Samarona’ hicieron palmas, jaleos y un remate por seguiriyas a dos voces.
La próxima entrega de Al compás de la poesía será el jueves 7 (san Fermín) en el Corral del Carbón. Lamentablemente con el aforo reducido. No tendrán cabida los cientos de personas que asistieron a la Huerta.
* Victoria López en la Foto (Nono Guirado©).
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