Un Bordón para Enrique
Sacromonte Cuna de Flamencos
Los Universos de Morente. La guitarra toca a Morente
Como estuve invitado en el Festival de Almería no pude asistir el día 23 al Museo Cuevas del Sacromonte, donde actuaron Pepe Habichuela y Josemi Carmona que, según dicen, fue un gran recital. No lo dudo. Lo que sí presencié con satisfacción, dos días más tarde, fue el torbellino de Juan Habichuela Jr. en ese mismo escenario. El nieto del patriarca Juan Habichuela, uno de los mejores guitarras de acompañamiento que han existido, recién galardonado con el ‘Bordón minero’ en el festival de La Unión, quiso hilvanar un recital de homenaje a Enrique Morente, no sólo interpretando sus temas, sino cantando literalmente con su guitarra como lo hubiera hecho el maestro.
La primera parte fue más íntima. Juan, solo, con la sonanta, expuso algunas de sus nuevas composiciones. Empezó por rondeñas, en las que se acordó de los grandes, como el imprescindible Ramón Montoya. El toque del joven Habichuela siempre ha gozado de una velocidad de vértigo, del rasgueo y de los silencios propios de su familia, de una limpieza admirable, de una creatividad versátil, de una frescura manifiesta y de una flamencura indiscutible. No obstante, si es que esto es posible, Juan se va refinando con el tiempo.
Una taranta, de las que duelen, y una soleá, con profusión de tonalidades bajas y uso del bordón, culminaron esta apuesta solista, para terminar la primera parte con su grupo interpretando una de las últimas bulerías de Morente, si no la última, la preciosista Adiós Málaga, cercana al jaleo.
El segundo pase, dedicado en exclusiva a Enrique, contó con todos sus compañeros, Diego ‘el Coty’ como segunda guitarra, Benjamín Santiago ‘El Moreno’ a la percusión y Alberto Raya al piano, que si bien restaban atención, contribuían notablemente en la base melódica de las piezas. Quizás el yembe (tambor de origen africano) se imponía demasiado.
Comenzó esta última parte por la zambra Aunque es de noche, grabado por Enrique en su disco Cruz y Luna en 1983. Le siguieron unos tangos que nos hacían rememorar un popurrí de letras morentianas, desde el disco Sacromonte hasta los sueños de La Alhambra. El soniquete por tangos en una guitarra de Granada es único e impresionante. Juan continuó por alegrías, haciendo los semitonos y los mismos requiebros de la voz, para terminar con la balada De mi rosa, dedicada al Ronco del Albaicín con concesiones a la fiesta.
Como bis programado, abordaron La Estrella, que lejos de ser un tema recurrente para la ocasión, puedo afirmar que Juan Habichuela lo tenía montado hace más de un año.
* Foto de Juan Güeto©.
5 comentarios
volandovengo -
alexandra -
cris.ti.na -
volandovengo -
JMR -