Hace un año
Hace ya un año que la noticia de la muerte de Enrique Morente nos desgarró por dentro, sobre todo por lo inesperada, sobre todo por las formas. A estás alturas, seas creyente o no, debes tener asumido este vacío, el último acto de un hombre que no dejaba de sorprender, ni siquiera para decir adiós, ni siquiera para hacerse un sitio inviolable entre nuestros seres más queridos y admirados.
Enrique fue un mito viviente. Enrique fue un mito cercano. Tan familiar que su dimensión nos parecía increíble. Una altura que va aumentando. Y, si admirábamos a la persona o al cantaor, ahora nos damos cuenta que debemos aplaudir al músico en general, al creador, al intelectual sensible y generoso, al filósofo urbano, al ocurrente, al comprometido, al amigo.
Su música me acompaña a diario. No hay día en que no lo recuerde con sus cantes, con su estela que, como la sombra del ciprés, es alargada.
Nos queda, como digo, su siembra y sus miles de seguidores y sus creaciones. Todos los flamencos jóvenes de Granada lo recuerdan, aunque sea en sus tangos (si no en su seguiriya acelerada, en su fandango tan personal, en su bulería meditada).
Así es, David, Alicia, Juan, Estrella, Ana, Carlos, Marina, Alberto, Álvaro, Sara, Antonio, Curro, Enrique, Fita, José, Miguel, Iván, Yudith, Tomás… interpretan como nos enseñó el maestro El lenguaje de las flores en su repertorio, que fue el punto de partida de Enrique y los poetas, de Morente entre las estrellas.
4 comentarios
volandovengo -
alexandra -
Impresionante Morente, eterno....
volandovengo -
Carmen K. -
http://youtu.be/woX4qUUwqIg