Al alcance de todos los bolsillos
Festival Flamenco del Zaidín
Con más problemas de sonido de los habituales se presenta el Festival Flamenco del Zaidín. Como es habitual en este barrio, la gratuidad de este evento, lo eleva varios enteros. Es la forma de popularizar la cultura. Es la manera de acercar el flamenco a todos los estratos. Sin embargo, las pretensiones de un festival, eminentemente granadino, son más grandes que los resultados.
De maestra de ceremonias actúa, Mariquilla que tiene mucho que ver con la dinámica del encuentro. Abren el festival los jóvenes Curro Vega, que canta abandolaos y peteneras, y Antonio Fernández, que comienza por seguiriyas, continúa por unos conseguidos fandangos y se va por fiesta.
Seguidamente, suben al escenario Antonio Gómez "El Colorao y Sergio Gómez "El Coloraito", padre e hijo, que dan una pincelada de su interesante montaje flamenco “Dos generaciones al cante”. Ole por el martinete a dos voces con el que introducen su presencia. Sergio hará unas milongas muy aplaudidas y unas sabrosas bulerías con remate camaroniano. Antonio, por su parte, abre con marianas, para demostrar después su largura y eficacia en la soleá y en la seguiriya.
María la Coneja impone su presencia en el escenario con el toque de castañuelas por bulerías que ha triunfado en todo el mundo. Le acompañan, Luis Mariano, Premio Nacional de Guitarra, Cañizares a la percusión, Alfredo Tejada al cante y las hermanas Heredia a las palmas y jaleos. Reivindicando su escuela sacromontana, La Coneja aborda los tangos de la penca. Acaba esta gitana, con gracia y poderío, haciendo unos tanguillos recitados llenos de sal y pimienta.
El baile por alegrías de Agustín Barajas pudo ser lo mejor de la noche si los micros no se hubieran acoplado, si los pies se hubieran escuchado y si Juan Pinilla no hubiera impuesto su magisterio en la clausura.
El cantaor de Huétor Tájar tiene algo de pedagogo, algo de showman y mucho de cantaor. Siempre es agradable su presencia y su animosidad. Una caña, que introduce por Chavela Vargas y culmina por bulerías, comienza su propuesta, que continúa por granaína y media bien moduladas. Hace un recorrido con fandangos abandolaos de Andalucía oriental. Y se despide con un cuplé bulerías mezclando un poema de José Hierro con letras de boleros. Fue el único que puso al público en pie.
*María La Coneja, en la foto.
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