El lirismo de Esther Crisol
Prestación del disco Aguacibera
Lo que antes sospechaba, ahora se ha confirmado. Esther Crisol tiene una gran capacidad musical, grandes dotes de afinación, interpretación y facultades; lo que no llega a alcanzar con el flamenco desgarrado lo palia con lirismo y sensibilidad. Prueba de ello lo tenemos en la presentación de su segundo trabajo discográfico Aguacibera el pasado viernes en el teatro CajaGRANADA y, sobre todo, en la interpretación del tema libre Schabat, de Juan Cruz Guevara, acompañada tan sólo del pianista Darío Moreno.
La Fundación Corda, tiene la misión de compilar, preservar y difundir la obra del poeta chileno David Rosenmann-Taub (Santiago de Chile, 1927). Entre sus labores ha tenido a bien ofrecer a la cantaora Esther Crisol la posibilidad de realizar una grabación algunos de sus textos.
De ahí nace Aguacibera, un trabajo metódico y minucioso de adaptación de dichos poemas al lenguaje flamenco, de manera que parecieran escritos para él. Aguacibera es ‘el agua con que se riega una tierra sembrada en seco’, que corresponde a uno de los poemas de David Rosenmann-Taub, dedicado a su abuela, cantado como vidalita y que le da nombre al disco.
Acertadamente varios cortes de la grabación son cantes de ida y vuelta, no sólo más libres y versátiles, adaptados a los melismas de la cantaora, sino que también recogen el espíritu del sur de América en su concepto y a las palabras del otro lado del océano. Así, aparte de la vidalita, Esther propondrá colombianas, que irán acompañadas del baile esbelto y medido de Lucía Guarnido o rumbas, con la eficaz participación, a pesar de su estridencia momentánea, del trompetista David Defries.
Otros músicos que le acompañan y que dan extensión al ambiente son el guitarrista Luis Mariano, partícipe en la puesta de largo de gran parte de los temas, Miguel ‘El Cheyenne’ en la percusión, Cuni Mantilla en el contrabajo, con un interesante rasgueo en los estilos a compás, y Nina Rishad en el violín, instrumento que va de la mano con las creaciones de Crisol.
El concierto se completa o se alterna con unos cabales, una soleá, una toná de gran belleza, unos tientos agradecidos y su final por bulería en forma de jam session.
Ante los aplausos del respetable, que abarrotaba la sala, el combo al completo ofreció unos tangos en los que se desliza con toda evidencia el soniquete de Granada que Luis Mariano borda con maestría comparada.
* Esther risol en la foto.
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