La muerte doble
El enfermo de alzheimer, la enfermedad más cruel, empieza a recorrer un pasillo largo, aunque finito, y oscuro, cada vez más oscuro, donde una mano invisible lo va borrando por dentro mientras el cuerpo no sufre, si acaso se deteriora por dejadez, no por erosión. Es como sufrir el ataque con una de esas bombas químicas que matan a las personas pero las casas las deja nuevas.
El enfermo de alzheimer, la enfermedad del olvido, se entre-corchetea para la vida y comienza ese descenso particular y sin retorno hacia el vacío más absoluto, traspasando nuestra dimensión y convirtiéndose en ese fantasma, en ese muerto viviente, que espera la muerte definitiva para por fin descansar.
El enfermo de alzheimer, la vida ausente, muere dos veces. La primera es la muerte sensitiva donde el cerebro cierra la persiana y cuelga el cartel de que se ha ido (o que se está yendo), sin especificar el cómo ni el cuándo.
Ayer y hoy, hoy y ayer, cinco y seis de marzo de dos mil doce, mi segundo apellido, en tinieblas desde hacía tiempo, se ha tintado definitivamente de negro.
10 comentarios
volandovengo -
Alberto Granados -
AG
volandovengo -
Gracias Paca por leerme. Siempre es un orgullo tener buenos lectores.
daniel cundari -
B -
tere -
Pakita Vega -
volandovengo -
alfonso -
Raul -