Más de treinta mil visitas
No sé desde cuándo tengo este contador que se ve a la derecha en forma de bola del mundo que da vueltas, donde se ilumina el punto en que alguien consulta este blog, pero no deben ser más de tres o cuatro años, a lo sumo cinco, y ya supera las treinta mil visitas, lo que me llena de real orgullo y satisfacción.
A veces entro en la página simplemente para saber desde dónde me están leyendo y cuántas personas me visitan a la vez. Es apasionante, aunque nunca me ha importado si llego demasiado lejos con mis palabras. De hecho, no me lo creo mucho. A esas treinta mil visitas he de restarle las veces que yo entro, el que entra por casualidad o equivocación o los amigos que reintentan su consulta.
No tengo muchos comentarios, si nos fijamos bien. Tampoco me preocupa, aunque la interacción con los lectores siempre es interesante.
Tengo otro contadorcillo abajo (un cuadrito azul), en el que se puede pinchar y nos orienta sobre bastantes cosas. Está puesto desde principios de 2008. Supera las 170.500 visitas. Se me escapa del entendimiento.
Visitas tan exóticas como Suriname, Palestina, Trinidad Tobago, Mongolia o las islas Feroe, lo que me dice que tiene que haber mucho hispanohablante por el mundo o mucho masoquista suelto.
Pensando que inauguré volandovengo en marzo de 2006, hace justamente media docena de años, creo que me convierto sin querer en una persona muy leída.
Seguiré así de cualquier manera sin hacerle mucho caso a las estadísticas, siempre engañosas (si entre tu y yo nos comemos un pollo, resulta que estadísticamente nos hemos comido medio pollo cada uno, aunque en realidad yo me haya comido el pollo entero).
12 comentarios
volandovengo -
xad -
volandovengo -
B -
volandovengo -
Alexandra ortiz -
volandovengo -
J. G. -
volandovengo -
Juan Valeriano -
volandovengo -
José Carlos Rosales -
Y te doy una teoría a la que tú no aludes: muchos de tus amigos te consultan o visitan también cuando van de viaje, como yo ahora, que te estoy leyendo (y contestando) desde Newark (DE, USA)...
Y lo hacemos tal vez porque somos animales de costumbres, viajamos con ellas, así es, las costumbres no pesan en el equipaje, es fácil llevarlas contigo. Y una de esas costumbres es leer tu blog.
Abrazos,
José Carlos