Zapatero a tus zapatos
Según cuentan Plinio el Viejo y Valerio Máximo, Apeles, pintor de la corte de Filipo de Macedonia y de su hijo Alejandro Magno (s. IV), exponía sus cuadros públicamente en el foro para ser admirados.
Cierto día en que el pintor había sacado a la plaza el retrato de una persona principal que acababa de concluir, un zapatero que por allí pasaba, se fijó en el cuadro y apuntó un desperfecto en las sandalias de dicho personaje.
Apeles, consciente de la autoridad del zapatero, llevó la pintura a su casa y la devolvió a examen popular habiendo atendido las objeciones del remendón.
El zapatero volvió a observar la obra expuesta una vez corregida y, envanecido por su poder, se atrevió a opinar sobre otros detalles de la tabla.
El pintor entonces, entreviendo la ligereza del solador, le amonestó con dicha frase proverbial: ‘Zapatero a tus zapatos’.
Plinio el Viejo dice en su crónica que “el zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias”.
2 comentarios
volandovengo -
maría angustias -