Blogia
volandovengo

El origen cambiante de las sirenas

El origen cambiante de las sirenas

Las sirenas, los seres más sensuales del corpus hagiográfico, no siempre sin embargo han gozado del romanticismo de su hermética cola cual falda estrechísima de noche sin fin. Como sabemos, en un principio, para el rapsoda del duodécimo libro de la Odisea, lucían cuerpo de ave. Así corrobora metamóficamente Ovidio, “pájaros de plumaje rojizo y cara de virgen”. Para Apolonio de Rodas, en su Argonáutica, siguen siendo de medio cuerpo para arriba mujeres, y en lo restante, pájaros.

Hay que esperar hasta algunas leyendas nórdicas o a nuestros románticos, a la heráldica o al ‘maestro’ Tirso de Molina para concebirlas "la mitad mujeres, peces la mitad". (La mitad mujer, añado yo, siempre es de mujer desnuda, con breve pecho apuntado, seguramente por la frigidez del agua, cubierto voluptuosamente por su cabello, quizá turquesa.) En el Fausto de Goethe, no obstante, las sirenas, a las que llama estymfálides, siguen conservando el antiguo aspecto de ave.

La explicación puede ser (leí en no sé dónde y luego lo olvidé) que alguien pudo confundir la traducción de la palabra latina pennae, que significa alas, por pinnae, que puede representar las aletas de un hermoso pez.

Una de las primeras cuestiones por resolver es sin duda su naturaleza dentro del panorama de los seres vivos o imaginados. Borges se queja de que en un ‘brutal’ diccionario catalogan a la sirena como un “supuesto animal marino”. La verdad, hasta el siglo XVI, la sirena formaba parte como un ser real de los diccionarios zoológicos. El diccionario clásico de Lempriere entiende que son ‘ninfas’, el de Quicherat que son ‘monstruos’ y el de Grimal que son ‘demonios’ (‘malditas’ las llaman algunos y William Morris ‘brujas del mar’).

El Diccionario de la Real Academia describe a la sirena como “ninfa marina con busto de mujer y cuerpo de ave, que extraviaba a los navegantes atrayéndolos con la dulzura de su canto” y, seguidamente, con la ampulosidad categórica que se otorga, nos confunde diciendo que “algunos artistas la representan impropiamente con torso de mujer y parte inferior de pez”.

Tradicionalmente, a partir de Homero, habitan en una isla del poniente mediterráneo, cerca de la isla de Circe (Eea). El cadáver de una de ellas, llamada Parténope, fue encontrado en Campania, y dio su nombre a la ciudad que ahora lleva el de Nápoles.

Nápoles, cuenta la Enciclopedia libre de Internet, se construyó a unos kilómetros de una ciudad existente, “Parténope” o “Palépolis” (ciudad vieja). En la mitología griega Parténope era la menor de las tres sirenas que desde las rocas de Capri intentaron con sus cantos seducir a Odiseo, quien se ató al palo mayor consiguiendo así ser de los pocos mortales en disfrutar de los bellos cantos sin morir ahogado después. La sirena, desesperada, se ahogó de pena y su cuerpo llegó a la costa de la ciudad vieja. Los colonos griegos sin embargo, prefirieron un área cercana que bautizaron como Νέα Πόλις o Νεάπολη (pronunciado Néa Pólis), la ciudad nueva. Más tarde el término en napolitano pasó a pronunciarse Napule y en italiano, Napoli.

Las sirenas, como vemos, si no consiguen su objetivo de embaucar a los marineros y cobrar su vida en pago a la osadía de haberlas visto, de haber escuchado su canto, acaban con su propia existencia. De esta forma, Parténope no resiste a Ulises encadenado ni las sirenas todas sobrevivieron el dulce canto de Orfeo desde la nave de los argonautas, nos cuenta Apolodoro en su Biblioteca, y añade “que se precipitaron al mar y quedaron convertidas en rocas, porque su ley era morir cuando alguien no sintiera su hechizo”. Borges apunta en Discusión que las ninfas de los mares aducen una “felicidad que es vaga como el agua”, mientras Orfeo “canta oponiendo las venturas firmes de la tierra”.

* La última sirena descubierta, con permiso de Olga Pericet.

4 comentarios

volandovengo -

Carmen, en 2007 y 2008 escribí largo sobre las sirenas. Te enlazo las entradas:
http://volandovengo.blogia.com/2007/103101-sirenas.php
http://volandovengo.blogia.com/2007/110501-mas-sobre-las-sirenas.php
http://volandovengo.blogia.com/2007/111401--las-sirenas-se-comen-.php
http://volandovengo.blogia.com/2008/012501-el-ombligo-de-las-sirenas.php
http://volandovengo.blogia.com/2008/031001-avistamiento-de-sirenas.php
Espero que las disfrutes.

CKS -

Quizá.

volandovengo -

Quizá la ficción es lo que nos mantiene vivos.

CKS -

Manatíes. La mente, delirante; la literatura, fascinante, los convierte en sirenas.
Qué sería de la vida sin la fascinación literaria.