El Cabrero incombustible
Hay cantaores que tienen que demostrar su valía cada vez que pisan las tablas de un escenario; hay cantaores que necesitan hacerse con un público cambiante cada vez que actúan; hay cantaores que se reinventan constantemente para seguir en la brecha, para sentir que siempre pueden mostrar algo nuevo. Hay cantaores, sin embargo, que ofrecen lo de siempre porque su público es fiel desde el principio y no espera otra cosa que lo que conoce. Estos cantaores tienen un grupo de seguidores incondicionales que firman tan sólo su imagen. Cantaores que ofrecen algo más; en los que el flamenco, en los que el arte en sí, puede pasar a un segundo plano, porque su oferta es distinta, porque su carisma está por encima del bien y del mal.
Extremo éste que les suele acontecer a las voces peculiares, al creador innato, al artista porque sí, al cantaor comprometido. Y no digo que no sean buenos en lo que hacen, muy al contrario. A veces nos sorprende la eficacia, el pellizco, el juego del duende. Se me ocurre a voz de pronto una decena de nombres que guardan estos requisitos en su haber flamenco, que pueden estar desafinados, aguardentosos, desacompasados… pero serán auténticos, siempre.
Entre estos artistas, con letras de molde, se destaca El Cabrero. El cantaor de Aznalcóllar, Sevilla, fue el encargado de inaugurar ayer, lunes, 25 de febrero, el ciclo Flamenco Viene del Sur en el Teatro Alhambra. El lleno, como acostumbra, fue total; y sus seguidores entregados.
Como es natural, no le hizo caso al programa de mano y se dedicó a improvisar, lo que le pedía el cuerpo, lo que esperaba su gente.
Comenzó por seguiriyas y cabal, para, en segundo término hacer una “alabanza al macho montés” en forma de romance por bulerías, donde muestra su arraigo montaraz.
En las aceleradas soleares sus reivindicaciones, que ya venía apuntando, se evidencian y ‘arremete’ contra el clero y la iglesia, el gobierno y la monarquía, el capital y los señoritos.
La lluvia es un soneto por bulerías de Borges, musicado por Alberto Cortés, que lleva tiempo acompañando al cantaor sevillano en sus giras.
La malagueña y sus abandolaos, que son también comprometidos, dan paso a los fandangos de Alosno, con letras tradicionales, y después su particular homenaje a Manolo Caracol, uno de sus referentes, en su famosa zambra Carcelero, carcelero.
Si se calla el cantor, de Horacio Guaraní, también entra dentro de sus versiones queridas y Pastor de nubes, es la bulería que da nombre a su trabajo discográfico de 2011.
Otro de sus grandes éxitos es Luz de luna, copiado con gran acierto de la recientemente desaparecida Chavela Vargas.
La noche acaba con unos martinetes fuera de tono pero dichos con gran sentimiento, mientras Rafael Rodríguez le marcaba el compás en la guitarra. Rodríguez es un cazador, un malabarista. Quizá sea el único guitarrista que puede seguir a El Cabrero. Con su exactitud, vivacidad y riqueza almohada el cante de su parternaire realzando su brillo.
Fuera de programa, como no podía ser menos, El Cabrero hilvana una gavilla de los fandangos naturales que le han dado fama, y después otra, y después otra, porque “si te gusta el guiso…”.
13 comentarios
JOSE ANTONIO MIJARRA GONZALEZ -
Elena Bermúdez -
Elena Bermúdez -
alexandra -
José Manuel Rojas Arquelladas -
En cuanto a mi estimado Jorge, menos mal que has vuelto a la leñera. Antonio y yo estábamos muy solos. Es mejor repartir los palos (dados y recibidos) entre tres
Elena Bermúdez -
En cuanto al comentario de la señora o señorita "al", me he limitado a ejercer mi derecho a responderle. Eso sí: yo con nombre y apellido.
Por otro lado, soy lectora de su blog y le agradezco el artículo. Ha sido un placer el reencuentro con el público granaíno y con Granada, que cada día me parece más hermosa.
volandovengo -
Elena Bermúdez -
Elena Bermúdez -
al -
volandovengo -
Hay quien no acepta bien las críticas (a no ser que sean buenas). Yo también he estado perseguido por toda una familia de supuestos 'artistas' (y criticado, y menospreciado, e insultado...). La mayoría de los críticos hemos pasado por eso.
Gastronomy -
Gastronomy -
A esa primera amenaza, vino una segunda y una tercera.
Anyway.