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volandovengo

Paco, el número uno

Paco, el número uno

Festival de Música y Danza de Granada

Paco de Lucía

Lo más fácil y lo más difícil es hablar de Paco. Posiblemente el mejor tocaor de todos los tiempos cerró el Festival de Música y Danza. Con todas las entradas vendidas aproximadamente a la hora de abrir la taquilla y alcanzar en la reventa precios espectaculares, Paco vuelve a Granada con un octeto para dar una visual sobre parte de su trabajo.

La interpretación del algecireño es magistral, como no podía ser menos. Sus manos son de oro; su limpieza admirable; y el soniquete que descansa en su mano derecha admirable. Pero dejadme destacar su labor compositiva. Paco ha marcado un antes y un después en la guitarra flamenca. Sus incursiones, en cualquiera que sea la pieza, son obras de filigrana y entran por la puerta grande a formar parte indiscutible de la memoria clásica del flamenco.

El viernes, 12 de julio, se agolpaba casi el mismo número de espectadores en el Teatro del Generalife como por sus alrededores. El derroche de decibelios hacía que el concierto se oyera nítidamente a varios kilómetros a la redonda.

El maestro suele cambiar de agrupación, manteniendo algunos de sus circunstantes durante varias temporadas. Es como si quisiera dar oportunidad a claras promesas de caminar a su lado o de disfrutar en directo del arte y el pellizco de los demás (esto mismo le ocurría a Morente).

Algunas constantes sin embargo adjetivan esta elección, como la inclinación camaroniana en las voces, la incorporación de instrumentos en principio distanciados de los esquemas flamencos o el baile de arrebato en su parte plástica.

Así, el baile del Farru, otras veces de desbocado lucimiento, hogaño, a las órdenes del de Lucía y finalizando algunos de sus temas es eficaz y agradecido. El resto de los músicos están en su sitio y alcanzan el nivel requerido con tan buen rey. Destaco la percusión de El Piraña y el bajo de Alain Pérez, con solos memorables. Pero sobre todo aplaudo la espectacular armónica de Antonio Serrano Dalmas, que rellena el espacio y casa de una manera especial con el flamenco y el ambiente exigido.

Antonio Sánchez Palomo, como segunda guitarra, es reconocible y preciso en los diálogos que entabla con la sonanta del jefe. Los cantaores, por último (David de Jacoba y Antonio Flores Cortés), con sus voces rajadas y algún que otro altibajo en su entrega, dulcifican y popularizan tangos y bulerías, que es lo que primó en el recital.

Con todo y con eso, dejadme que prefiera la guitarra desnuda de Paco de Lucía. Oportunidad que sólo tuvimos con la rondeña del principio y con la introducción de la Canción de amor, sólo constelada con la percusión y con algunas notas en el aire de un sintetizador arrancadas por Serrano Dalmas. Esta ‘balada flamenca’, que introduce la bulería Volar y apuntes de Luna que habita en los mares, forma parte del disco Zyryab de 1990 que, junto con Cositas Buenas (2004), jalonan genéricamente este concierto.

Con estas remezclas y guiños (hay piezas que agrupan tres o cuatro formas distintas, bulerías, seguiriyas y tangos, por ejemplo), se desarrolló un recital eminentemente festero.

Fuera de programa y después de una generosa introducción a la caja, la banda nos regala Entre dos aguas la rumba con la que comenzó todo.

Dentro de la excelencia y el respeto, quizá eché de menos, repito, escuchar algo más la guitarra solitaria del maestro y algún que otro toque más ‘profundo’ como una soleá, una taranta o unos tientos.

3 comentarios

volandovengo -

Está bien, María Angustias, haber podido disfrutar de este concierto frente a una cervecita. Me consta que no has sido la única.
Rossy, me alegra que sigas este blog, siempre me arrancas una sonrisa.

Rossy -

Bello eres wonderful

maría angustias -

Gracias amigo por pintar con tus palabras el cuadro que desde el Albayzín adivinaba.