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La foca monje

La foca monje

Un año, desde el que ha llovido bastante, en el Mirador de las Sirenas del Cabo de Gata, en Almería, al pie del faro que domina la punta sur oriental de la península, creí descubrir una foca monje, a falta de sirenas en su arrecife, aunque también puede que fueran mi imaginación y mis ganas.

La foca monje, llamada así por parecer con su color oscuro que va vestida con un severo hábito de fraile, era muy abundante en el Mediterráneo antiguo.

Sus manadas se arracimaban en las costas, entre las rocas, y los griegos las llamaban amigas de los pescadores por su extremada confianza. La Odisea cuenta que Ulises, disfrazado con la piel de una de estas focas, se acercó al ‘Viejo del Mar’ para poder aprender sus secretos sin alarmarlo.

Por lo visto, en las playas y las caletas rocosas españolas era frecuente ver retozar a alguna colonia de estos mamíferos marinos que, sobre todo en invierno, se guarecía en cuevas bajo las rocas.

Después, a pasos agigantados fueron desapareciendo, por la creciente urbanización de las costas y por la imperdonable caza feroz a la que fueron sometidas.

Por los años 80 (aproximada fecha de mi avistamiento) había censados ‘dos individuos misteriosos’ ibéricos, que rara vez aparecían a la vista, pues su instinto dictaba que sus días están contados.

Aparte de estos dos ejemplares, que no se determina si eran machos, hembras o uno de cada género, parece que aún quedan focas monje (unas 500) en el extremo oriental del Mediterráneo, en las islas griegas próximas a Turquía y en las islas Chafarinas, frente a las costas de Marruecos.

No sé si sería muy complicado recuperar la especie peninsular. No entiendo de esto. Pero creo que sería hermoso intentarlo y establecer leyes severísimas para la protección de esta fauna y de las demás reservas marí­timo-terrestres.

Quizá se pueda pensar que una apuesta por el mundo natural hoy día, en que tantos abusos contra la humanidad se cometen a diario, es una frivolidad. Pero creo que no es incompatible, que la conciencia medio ambiental, es un buen punto de partida para un mundo más solidario y equitativo.

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