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Los caminos de Patricia

Los caminos de Patricia

XVI Muestra de Flamenco. Los Veranos del Corral – Touché 

No puede poner en duda Patricia que es una hija querida en Granada. Un patio rebosante de seguidores y el aplauso continuo así lo avalan. Pero si no fuera por el trabajo que hay detrás y el anhelo de superarse día a día, esta afición no sería nada. Igualmente sorprenden la coherencia de sus pasos y su afán de renovación, hasta poco a poco ir logrando un lenguaje propio. Por eso festejé con ganas su propuesta en el Corral del Carbón el pasado miércoles.

Touché es una apuesta rompedora y vanguardista, en la que quedamos ‘tocados’ de verdad, donde el violín eléctrico de Bruno Axel cobra un protagonismo especial y sinuoso paralelo a la apuesta de la bailaora. En ocasiones, pienso que, sin embargo, se abusa de él.

El baile sin fisuras de Patricia (posiblemente lo mejor de la semana) comienza por seguiriyas, donde incorpora una gran dosis de delicadeza y madurez. El violín, en sus sones, se acuerda de Morente, rompe el hielo, hasta que aparece la bailaora rellenando el espacio y descubriéndonos pasos ya conocidos y otros por conocer que inciden en una coreografía redonda. Patricia, metida en el papel, sin embargo, es sumamente circunspecta. Sus manos hipnotizan, los brazos y la cintura le acompañan y las vueltas sobre sí misma son un grácil acierto.

Le arropan José Ángel Carmona al cante, Paco Iglesias a la guitarra y Agustín Diassera a la percusión, que también merecen sendas felicitaciones

Después de un solo de guitarra, la entrega viene en forma de soleá apolá, cercana a la que cantaba Cobitos, estuvo marcada en su comienzo tan sólo por el violín y la percusión. Seguidamente entrará la guitarra y el baile, con destalles singulares y un ‘efecto moviola’ a su final bastante considerable.

La sorpresa, después de que el cuadro firmara unas bulerías, tiene forma clásica. Con violín convencional, Axel interpreta el segundo movimiento de La Chacona de Bach, mientras un romance por tonás lo aflamenca por encima, y Patricia, con cola negra, borda la pieza.

Acaba la noche por tangos, donde Bruno vuelve a enchufarse, incorporando el loop, técnica de autograbarse en directo y doblarse a sí mismo, para lograr ecos admirables. La bailaora, con vestido rojo de corte helénico, rebusca en pasos conocidos y de libre creación, exponiendo una coreografía de bastantes quilates.

Visto lo visto (y lo que ya conocemos), el nombre de Patricia se leerá pronto con letras capitales en la historia reciente del flamenco.

* Foto tommada prestada de su facebook (Teresa Montellano©).

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