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Entre el blanco y el negro

Entre el blanco y el negro

Aristóteles decía que en el término medio se encuentra la virtud. La ausencia de color o la suma de todos los colores es el blanco y el negro. La luz y la oscuridad respectivamente. La muerte. Pero, en algunos mundos, el luto se representa con el blanco (en África u Oriente, China, Japón e India) y, en otros, con el negro (en Occidente). Como luna y sol, varón y hembra indistintamente, según qué sociedad. (Antaño en Europa la muerte y el luto también se asociaba con el blanco.)

El blanco destaca el contorno y hace resaltar los otros colores. Simboliza la pureza de corazón, la honestidad, la inocencia y la sinceridad. Las novias, en el mundo occidental, van de blanco (por qué los novios van de negro no lo sabemos), igual que quienes reciben el bautismo y la primera comunión.

Los romanos atesoraban piedras blancas en los días fastos, que, en contra de los nefastos, eran días dichosos y alegres.

En muchas culturas el blanco simboliza lo absoluto. Es el color más asociado con todo lo sagrado; los animales para el sacrificio solían ser blancos. Para los indios americanos representaba el espíritu. Adoraban un bisonte blanco y respetaban un caballo también níveo. Como se respetaba a Moby Dick, la ballena blanca (un cachalote de nueve metros, como la serpiente Kaa, de El libro de las tierras vírgenes, de Kipling, una boa de nueve metros). Los druidas celtas llevan túnicas blancas. En la Iglesia católica rige el blanco para sus celebraciones.

Los budistas lo relacionan con la flor de loto, símbolo de la luz y la pureza, y con el conocimiento o “iluminación”. En el sufismo representa la sabiduría. También se cree que los espíritus y los fantasmas son blancos, ya que es un color que no oculta nada.

El blanco también significa limpieza y sanidad, como vemos en los hospitales que, continuando la tradición árabe, son casas asépticas de salud e higiene públicas.

Una bandera blanca señala la paz. El uso de la bandera blanca como símbolo de rendición se remonta al primer siglo de nuestra era en la antigua China. Su empleo se consagró en la Convención de Ginebra. Su uso fraudulento es considerado un crimen de guerra. Sin embargo, en Gran Bretaña —y el antiguo Imperio Británico—, una pluma blanca simboliza cobardía, pues los gallos de pelea con plumas blancas en la cola eran malos luchadores.

La azucena y el lirio, consideradas flores de la Virgen, son símbolos de pureza. El arcángel Gabriel suele aparecer llevando una azucena en el momento de anunciarle a María que va a dar a luz al hijo de Dios. En la religión cristiana, el blanco se asocia con el sacerdocio. La Casa Blanca irradia justicia.

Por el contrario, el negro simboliza el mal (los poderes ‘oscuros’, la ‘magia negra’) y la clandestinidad. También representa el averno, con sus asociaciones de pena, desgracia y muerte. Como decimos, en el mundo occidental, el negro es el color de la muerte, del luto y de las tinieblas.

La reina Victoria de Inglaterra vistió de negro durante los cuarenta años de su viudez. Implantó la moda de la joyería de azabache, una piedra semipreciosa de color negro, como complemento del luto, pensando que ponerse joyas de colores brillantes sería una falta de respeto.

En el hinduismo, Kali, la terrible diosa hindú de la destrucción es negra. En China, el negro representa el norte y el invierno.

En astrología el negro representa a Saturno, que debe su nombre al dios romano (Crono, en griego), asociado con el tiempo, la vejez y la muerte; como durante siglos en Europa lo personificó el cuervo.

Pero, por otra parte, el negro representa la elegancia, la parquedad y la moralidad (en algunas órdenes religiosas, las sotanas de curas y monjas son de color negro).

Entre blanco y negro está el gris, con sus cientos de matices. Encarna el equilibrio entre estos dos colores, entre estos dos extremos. Por eso es el color de la mediación. En el cristianismo, el color gris representa la inmortalidad del alma. Aunque en general se asocia con la melancolía y la depresión. Las cosas que no se pueden determinar se consideran grises. El gris es símbolo de la penumbra, del anonimato y de la incertidumbre. El gris, me temo, no tiene fuerza propia, sino que resalta los colores con los que combina.

1 comentario

Carmen K. -

Por muchos de esos significados del color negro, los after punks de los 80, los góticos, incluso los siniestros, lo visten en exclusiva.
¿Alguien se imagina a Antonio Arias (Lagartija Nick), por nombrar a un artista granadino, con unos bermudas claritos y una camisa turquesa (por ejemplo)?