Mercé no llenó el Palacio
Sin duda una de las mejores voces del flamenco actual es la de José Mercé cuando hace flamenco. Este jerezano es el cantaor que más discos vende en la actualidad. Acogido a una fórmula de canción aflamencada, en la que se siente realmente cómodo ha sabido conquistar a miles de personas del mundo flamenco y ajenas a él. Cada cual entiende su camino y vislumbra su meta. Mercé ha escogido, se aleja de la ortodoxia, puede que aporte algo nuevo a la fusión (como aflamencar canciones de otros estilos), pero el flamenco ha perdido en él a uno de sus mayores representantes.
Con todo y con eso, el concierto del sábado, 29 de abril, fue impecable. Pudimos ver al mejor Mercé, y a un tremendo Morao a la guitarra, ofreciéndose por entero a un público también entregado. Lástima que apenas ocuparan la cuarta parte de las localidades de la sala. Quizás debido al puente, a otras ofertas primaverales o a la incipiente botellona del Día de la Cruz.
Mi concierto, sin embargo, terminó a los diez minutos de empezar, después de que José Mercé diera unas pinceladas de cante por derecho, demostrando así que si quiere puede. Este preconcierto, lo abrió con unas malagueñas chaconianas, siguió con una magistral soleá y terminó con unos fandangos naturales (echamos de menos unas seguiriyas). A continuación llamó a “Mi gente” para comenzar con la presentación de su disco Lo que no se da, sus últimas simplezas comerciales.
Con unas alegrías comienza la entrega de este trabajo. El público lo sigue como a un cantante popular: canta con él, baila en sus asientos y le sigue con las palmas. Quizás hubo un exceso de orquestación. Dos guitarras, un piano, un violín, una flauta travesera un bajo eléctrico, una generosa percusión y tres personas en los coros y palmas, resulta abrumador para el flamenco. Para rematar, los efectos del humo en el escenario son francamente innecesarios.
Moraíto cobra protagonismo absoluto (lo que después hará el segundo tocaor y el resto del grupo) haciendo un tema en solitario.
El grupo de Mercé vuelve con Fresas un tema muy del estilo de los tangos de sus anteriores trabajos, desde Aire hasta Confí de fuá. Esquema que repetirá en Hojas de limonero y en Te pintaré. Un giro en la velada fueron las sevillanas Como una veleta de Romero Sanjuán, compositor desaparecido hace un año- y dedicadas a él mismo, en las que el cantaor, con un fondo de piano, prescindió de las guitarras, muestra como un tema populoso puede ser elegante. Otro de sus fuertes está en las canciones prestadas de otras músicas. Así, interpretó de su cedé el tema Mammy blue con aires de tangos y Qué bonito es vivir basado en el tema What a wonderful world de Louis Armstrong. Destacaría en este recital las bulerías Tú me roneas por la parquedad y estilo. Mercé despidió la noche con su éxito Aire, perteneciente al disco del mismo nombre grabado en el año 2000, coreado al unísono por todos los presentes. Ante varios minutos de aplausos a compás, el artista a pie de escenario, improvisó un poquito por bulerías que acompañó con algunas pataditas con salero jerezano.
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