Elena Camacho gana la Volaera Flamenca de Loja y Alberto Sánchez se alza con el premio especial a la mejor granaína y media granaína
Desde hace treinta y cinco años se viene celebrando en la localidad de Loja el prestigioso concurso de cante jondo la “Volaera Flamenca”, organizada por la Peña Flamenca Alcazaba, con el fin de promover y fomentar el cante flamenco y contribuir al descubrimiento y lanzamiento de nuevas figuras, configurándose así en el primer concurso de la provincia y posiblemente de Andalucía. Ganadores de la Volaera de Plata han sido cantaores tan reconocidos como el Perro de Paterna, Luis de Córdoba o Julián Estrada o los granadinos Antonio Cuevas “El Piki”, Luis Heredia “El Polaco” o el Nene de Santa Fe. Este último sería el ganador de 1998; desde entonces ningún artista local ha ostentado este galardón.
El último sábado de agosto, coincidiendo con la Feria Grande de Loja, tras bastantes audiciones y eliminatorias, que han tenido lugar desde el mes de mayo, la onubense de Bollillos Par del Condado, Elena Camacho Pérez se alzó con la “Volaera Flamenca” de Loja de este año, rebasando a más de sesenta cantaores que se presentaron a concurso. En segundo lugar, no obstante el favorito del público y de un servidor, fue el jerezano Alberto Sánchez Sánchez, que también se le concedió el “Premio Especial a la Mejor Granaína y Media Granaína”, dedicado a Frasquito Yerbabuena desde 1978. Su quejío fue el más flamenco y su entrega y finura hilvanando los cantes lo hicieron merecedor de un premio que inexplicablemente se le fue de las manos. Antonio Ortega Sánchez, de Mairena del Alcor, y Antonio José Nieto, de Lucena, ocuparon respectivamente el tercer y cuarto puesto.
Con unas letras del “Poema del Cante Grande” de Federico García Lorca dio comienzo la final de la trigésimo quinta edición de este premio dedicado a la memoria de la recién fallecida Fernanda de Utrera, para la que todos los finalistas tuvieron sentidas palabras y especiales recuerdos. Si la bulería murió con la Paquera de Jerez, la soleá ha desaparecido con Fernanda.
El concurso obligaba a escoger entre tres riquísimos grupos de cantes, pero todos los prticipantes se inclinaron por los mismos. O sea, todos hicieron alegrías, malagueñas y seguiriyas. Tan sólo los dos antonios cambiaron este último cante por tonás y soleá.
Elena, la triunfadora de la noche, estuvo corta y destemplada en las malagueñas, algo más acertada en las alegrías y seguiriyas. Su inmadurez manifiesta estuvo paliada por una voz muy flamenca.
Alberto, un delicioso segundo premio, justificadísimo si el primero hubiera quedado desierto, fue un cantaor con pellizco, que nos recordó al gaditano Aurelio Sellés, maestro en la distancia de Enrique Morente.
Antonio Ortega tiene un gusto antiguo muy reconocido al decir los cantes, recorta los tercios y mece la copla de forma agradable. Antonio José Nieto fue grande en las tonás, que encerraban martinetes y deblas, y correcto en la malagueña; sin embargo sus alegrías sonaron a cantiñas, algo a tener en cuenta por un jurado riguroso.
Carlos Zárate fue el tocaor de excepción de toda la velada. Él recogió la mayor parte de los oles que sonaron en una muestra en general de poco nivel.
8 comentarios
volandovengo -
javier -
volandovengo -
Antonio Romero -
volandovengo -
javier -
volandovengo -
Aquí también lo modifico.
Gracias por tu seguimiento.
Joven Llanos -