Con la mafia me he topado
No hace mucho tiempo Jesús Lens denunciaba en su blog que había recibido la amenaza de un latin king por un artículo (objetivo, me consta) sobre estas bandas de descerebrados, que había vertido días atrás en su bitácora. Todos nos extrañamos de que este individuo supiera leer y, a duras penas, escribir para lanzar esta arenga cargada de odio y de faltas de ortografía. Pero lo que más nos sorprendió es que ocurran estas cosas en un país civilizado (¿?) y democrático (¿?), donde se supone que prevalece el estado de derecho y la libre expresión (artículo 20 de la Constitución Española).
Ahora, a mi amigo Hueso, le doy un nuevo apunte para profundizar en el mundo sin ley en el que parece que vivimos, en la novela negra que nos encontramos al voltear cada esquina.
Sin ir más lejos, ayer entré en el teatro Isabel la Católica para asistir al quinto día del VII Festival Flamenco de Otoño de Granada (como vengo haciendo desde que comenzaron estos Encuentros y hacer mi crítica para el diario). En la puerta me interceptó su organizador, Manuel José Villegas (del grupo Totalísimo) (flamenkito punto com, para entendernos), y me preguntó si yo era del periódico Granada Hoy, sin pensarlo dije sí (pues la pregunta era fácil de responder) y acompañé mi afirmación con una sonrisa de merecimiento (ya pensaba que iba a felicitarme por mi puntual entrega y profesionalidad).
Pues te agradecería que desde mañana y, si puede ser desde hoy mismo, no vuelvas por el festival, puesto que aquí no eres bien recibido, me lanzó a bocajarro y sin anestesia previa.
Mi sonrisa de satisfacción se fue idiotizando por momentos hasta rozar la impotente indignidad.
Así que me di la vuelta y me fui con el teléfono en mano para denunciar el hecho o por lo menos aclarar el porqué de este acto facistoide y anticonstitucional (artículo 20, repito). Era un atentado contra mi persona, contra el deber de informar del periódico, sobre el derecho a ser informados de los usuarios y de la necesidad de los actuantes, de una manera u otra, a ser evaluados, a que se hable de ellos.
Llamé al diario que, como es lógico, le resultó intolerante y comenzó a mover cimientos (hasta tambalear la estructura). Se lo comenté a mi colega, Juan Pinilla, del diario La Opinión que iba a cubrir el espectáculo como yo. Él denuncia también la machada en su periódico.
Esta mañana, con las aguas relativamente en calma, me llamó personalmente el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, Juan García Montero (hermano de nuestro ínclito poeta), para pedirme esxcusas (que yo puedo entrar al tearo cuando quiera y, es preciso, sentarme en su palco, "a ver si tienen huevos de echarte"); me llamó mi periódico para infundirme ánimo, que todos están conmigo, que haga mi trabajo sin preocuparme por nada, que el sábado tengo una columna para resarcirme, etc.; y me llamó el tal Villegas para excusarse igualmente, pero por imperativo legal (se notaba en su voz) (que si por él fuera mis piernas peligraban).
Lo que pasa es lo de siempre: hace más daño la palabra que la espada. ¿Qué es lo primero que ocurre cuando alguien usurpa el poder en un país tras un golpe de estado, una revolución, una invasión, unas elecciones poco limpias, etcétera? Muy fácil: quemar los libros, fiscalizar los focos de información e, incluso, eliminar a los escritores y pensadores, poetas y periodistas.
Lo mejor para dominar a todo un país es pensar por ellos. Pan y circo. Iglesia y fútbol. Tele basura y política ficción. ¿Os suena?
7 comentarios
lauzier -
volandovengo -
Besucona -
bukanero -
Mi apoyo incondicional compañero, ánimo.
Raúl Comba -
Un abrazo
Raúl Comba
volandovengo -
Gracias por tu apoyo.
david -